Lo que estamos a punto de ofrecerte es una revisión anómala: no te contamos lo que hemos visto sino lo que te sugerimos que veas si no te has contagiado ya del fenómeno "'bingewatching" o de la visión compulsiva de muchos episodios de la misma serie de TV, hasta el agotamiento de las energías físicas y mentales.
Viernes 3 de diciembre de 2021, 9 h, café y croissant y cómodos en el sofá: ha comenzado la quinta temporada (y quizás la última, porque las sorpresas en esta historia nunca acaban) de La casa de papel una de las series de televisión más exitosas de la última década. Las primeras imágenes del primer episodio ponen el sello de fábrica y enseguida nos trasladan al corazón de la batalla, al final del último episodio al final de un furioso tiroteo donde los atracadores parecen sucumbir.
A partir de ahora no queremos, no podemos decir mucho más, bajo pena de "spoilerización" indebida. Esperando este momento, había decenas de millones de personas en más de 120 países de todo el mundo y decenas de miles en Italia que habían estado en fibrilación durante meses: después de exactamente cuatro años, desde ayer sabemos como va a terminar uno de los fenómenos mediáticos globales más interesantes de los últimos años estrenado por Netflix. Un brevísimo resumen de las cuatro temporadas anteriores: en las dos primeras una banda de atracadores realiza el atraco del siglo en el Banco Nacional de España y consigue salirse con la suya; en las dos últimas los mismos protagonistas se atrincheran en la Casa de la Moneda de Madrid con la intención de apoderarse de la reserva de oro. Aparentemente una misión imposible y, de hecho, el Profesor (el cerebro de todo el plan) y sus cómplices encontrarán innumerables dificultades y solo ahora sabremos si la historia terminará y cómo. La trama, en realidad, no es sólo de acción criminal, sino que se enmarca de inmediato siguiendo dos vertientes: la primera se refiere el epílogo del golpe (¿podrá el oro salir de la Casa de la Moneda al final de la temporada?) y esto último es interesante el destino de los muchos protagonistas a la que el público siempre ha sido aficionado.
La pregunta que muchos se hacen es simple: ¿Por qué tanto éxito de esta serie?? Comencemos simplemente diciendo que La casa di carta está bien hecha en cada parte: la elección acertada de los muchos protagonistas, el guión con innumerables giros, los escenarios, los métodos de filmación, la estética de las imágenes, el cuidado obsesivo de los detalles. fueron los principales ingredientes que dictaron su éxito. Las dos tramas, los hechos humanos y el golpe, se entrecruzan continuamente sin dar nunca señales de conclusión (excepto cuando uno de los personajes muere en un tiroteo e incluso en este caso lo volveremos a ver en uno de los numerosos recuerdos). A todo esto siguió una muy hábil política de marketing por parte de Netflix que supo posicionar y vender el producto de la mejor manera posible. En este sentido, ya se ha anunciado que próximamente habrá tanto un spin-off sobre Berlín, uno de los personajes fundamentales, es una versión coreana de House of Cards.
Sólo podemos proponer algunas consideraciones útiles para "leer" el fenómeno. Primero, se necesita una nota. tipo de "hurtos y robos". Es una tendencia que siempre ha tenido un gran éxito en la historia del cine: mencionamos algunos títulos de nuestro ranking personal considerado pilares imperdibles que van desde Robo a mano armada (1956) dirigida por Stanley Kubrick, 1957:1968 hasta Yuma (1973), The Thomas Crown Affair (1992) dirigida por Norman Jewison, la mítica The Sting (2006) de George Roy Hill, Le Reservoir Dogs (2001 ) la ópera prima de Quentin Tarantino, Inside Man (1960) de Spike Lee para cerrar con la saga de Ocean's Eleven (XNUMX) de Steven Soderbergh, a su vez el remake de Big Shot de XNUMX.
La Casa di Carta, por lo tanto, tuvo su gran éxito en primer lugar porque se sitúa en un contexto que durante mucho tiempo ha sido del interés del público cinematográfico que ahora ve este género revivido y lanzado en la nueva dimensión del streaming que es en todo caso su rasgo característico y distintivo. A diferencia de muchos otros productos cinematográficos, la conclusión del "golpe" era casi siempre predecible de alguna manera: los buenos ganan y los malos van a la cárcel. En este caso, sin embargo, ocurre lo contrario y se induce al público a Simpatiza más con los ladrones que con aquellos que intentan arrestarlos.: épicas las escenas de masas donde la multitud vitoreaba y alentaba a la pandilla.
Paper House es un producto específico para el visionado televisivo: la duración media de una película no habría hecho justicia a su riqueza de contenidos. La novedad de esta historia, que se estrenó en las pantallas españolas en 2017, está sobre todo en haber situado a este "género" en el lenguaje específico de la serialidad televisiva. Ya no es una narración con su prólogo, desarrollo y conclusión en un solo acto de forma lineal y analógica sino una narración en episodios segmentados, “digitales” precisamente donde al final de cada uno se queda en febril expectación del siguiente. .
Pero quizás, entre las muchas novedades de esta serie, hay un aspecto en el que los guionistas han trabajado con mayor cuidado y atención: el trazo de los personajes y las complejas relaciones que se van definiendo entre ellos. A veces parece que el propósito, la misión del robo, pasa a un segundo plano frente a la enredos sentimentales como ocurre, por ejemplo, entre el Profesor y el Comisario de Policía que intenta darle caza o entre un miembro de la banda y uno de los rehenes. Otro rasgo siempre presente son los continuos altibajos de las dimensiones temporales: para cada uno de los protagonistas siempre hay un antes y un durante, una proposición continua de flashbacks a lo largo de los cuales se desarrolla la trama.
Se escribirán tesis de graduación sobre La casa di carta para comprender plenamente las múltiples implicaciones que han decretado su éxito. Entre estos elegimos uno: responde exactamente a lo que se le pide a un producto televisivo, es decir puro entretenimiento.