Las peores tres semanas en la historia de la fotografía. Una de sus empresas emblemáticas, la estadounidense Eastman Kodak, conocida por todos como Kodak y ya está, de hecho el pasado 19 de enero se acogió al Capítulo 11. Lo que en la jerga financiera americana significa prácticamente quiebra, mediante un declaración de quiebra asistida conforme a lo dispuesto en el capítulo 11 de la ley de quiebras.
A raíz de esto, Kodak también anunció el pasado jueves que ha iniciado una proceso de abandono del mercado fotográfico: adiós dispositivos y cámaras, videocámaras, marcos digitales. Únicamente permanecerán activos el servicio postventa, el soporte técnico, la impresión, los accesorios y el tradicional negocio de la película plateada y el papel fotográfico.
Por último, también el daño de la imagen: el teatro de Hollywood en los premios Oscar ya no se llamará Kodak. De hecho, para ahorrar dinero, el gigante del cine rescindió el millonario contrato de patrocinio en virtud del cual su cartel aparecía en el majestuoso teatro (y en iniciativas y premios relacionados) que cada año acoge la ceremonia de entrega de premios más prestigiosa de Hollywood al Hollywood estadounidense.
Pero, ¿cómo surgió todo esto? Ya a fines de septiembre, el grupo tenía activos totales de $ 5,1 mil millones y deudas de $ 6,75 mil millones. Mediante el inevitable recurso al famoso Capítulo 11, la empresa está ahora intentando llevar a cabo una reestructuración y, mientras tanto, ha obtenido una Línea de crédito de $950 millones a 18 meses de Citigroup para seguir operando. Durante este tiempo tendrá que encontrar compradores para sus 1.100 patentes digitales y seguir pagando a sus 17 empleados.
La carrera contra el tiempo ha comenzado, pero una cosa es segura: para Kodak esta será la última toma.
Lea el comunicado de prensa en Kodak.com
