comparte

Italianos cada vez más vagos en la cocina: 19 millones eligen comida a domicilio

El 37% de los italianos piden comida a domicilio, incluso con regularidad: más de la mitad admite hacerlo por pereza - La pizza y el sushi son los platos más populares, solo 4 de cada 10 están preocupados por las condiciones laborales de los ciclistas - Inicio La entrega se estrena en la canasta de Istat.

Ya sea para ver un partido de fútbol con amigos o para una cena romántica, la comida a domicilio es ahora más que un boom: la comida a domicilio es una costumbre consolidada que afecta a más de uno de cada tres italianos hoy y que en consecuencia celebra el ingreso a la canasta de consumo de Istat para la inflación 2020 sobre los nuevos hábitos de gasto de las familias. En concreto, según un análisis de Coldiretti y Censis, el 37% pide habitualmente u ocasionalmente, a través de smartphone u ordenador, pizza, platos étnicos (sobre todo sushi, hasta el punto de que incluso un solo plato acaba de ser incluido por Istat en cesta de la compra 2020) o auténticas comidas gourmet durante todo el año.

El llamado reparto de comida, casi siempre pagado por los maltratados ciclo-repartidores, o jinetes, es pues un mercado al que acuden 18,9 millones de italianos regularmente (3,8 millones) u ocasionalmente (15,1 millones) que consumían alimentos pedidos en restaurantes y pizzerías a domicilio a través de alguna de las conocidas plataformas online (Just Eat, Foodora, Deliveroo, Bacchette Forchette o Uber Eats, por citar las más conocidas). ), junto a las cuales se han desarrollado numerosas realidades locales.

En la parte superior de la lista de razones para recurrir a la entrega de alimentos, según el estudio de Coldiretti/Censis, está el hecho de estar cansado y no tener ganas de cocinar (57,3%), pero también hay un 34,1% (quizás menos sincero…) que indica que recurre a él en caso de cenas con amigos y familiares para sorprender a los comensales con platos de calidad. La posibilidad de recibir comidas preparadas a domicilio facilita la organización de momentos de convivencia incluso cuando no hay tiempo para cocinar.

También están los que se centran en la comida para alegrar las tardes en casa (32,6%), los que no tienen tiempo para preparar sus propias comidas (26,5%) y los que no quieren renunciar a la buena comida sin tener que salir (24,7%) así como los que tienen ganas de probar platos nuevos y originales (18%) y los que no saben cocinar (6,9%). Para facilitar el uso de la comida a domicilio también está la puntualidad del servicio, que siempre es mayor (en detrimento de los repartidores, a menudo estresados ​​por el algoritmo): los tiempos de entrega en muchos casos son fijos y no superan los sesenta minutos, y además es posible establecer una franja horaria precisa, mientras que para pagar ya no es necesario juntar dinero ni preocuparse por el cambio, porque se puede hacer online.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce: el auge de la comida a domicilio la ha llevado a los hogares italianos feroz competencia de costos entre las diferentes plataformas con ofertas de transporte gratuito, promociones y descuentos, lo que en ocasiones corre el riesgo de repercutir en toda la cadena de suministro, desde el personal a las cuentas de los restauradores hasta sus proveedores de productos agrícolas y alimentarios. No es casualidad que casi cuatro de cada diez italianos (38,1%) que piden comida en las plataformas web consideren una prioridad mejorar el respeto de los derechos laborales de los motoristas: son pocos, pero ya es una señal.

Revisión