Las últimas encuestas de Istat sobre ahorro de los hogares y beneficios empresariales, publicadas en "Renta y ahorro de los hogares y beneficios empresariales", son claras: la situación macroeconómica del país ha empeorado respecto a 2010, alcanzando, en cuanto al ahorro de los hogares, el más bajo desde 1995.
De hecho, la propensión a ahorrar en 2011 se situó en el 12%, un 0,7% menos que el año anterior.
En el último trimestre del año, Istat registró un modesto aumento, del 0.3%, en la propensión a ahorrar, pero en comparación con el mismo período de 2010, el ahorro de los hogares disminuyó en general un 0,8%.
En 2011, en promedio, la reducción de la tasa de ahorro sobre la renta disponible estuvo provocada por el aumento de los gastos de consumo final, que crecieron un 2,9%: sobre todo por las constantes subidas de los precios de los combustibles, derivadas del contexto de inestabilidad internacional y de los ajustes en los impuestos especiales, determinaron el aumento del costo de los insumos para la producción y de los transportes, dinámicas que luego se vierten en los anaqueles de los supermercados.
Si los hogares sufren las medidas de austeridad, lo mismo ocurre con las empresas no financieras: los beneficios en 2011 fueron los más bajos desde 1995 (40,3%), mientras que la reducción, respecto a 2010, es del 1,1%.
En el cuarto trimestre, el beneficio se sitúa en el 40,3%, 0,6 puntos menos que el trimestre anterior y un 0,9% respecto al mismo periodo de 2010. La disminución de los beneficios no podía dejar de tener repercusiones en las inversiones, que se redujeron en comparación con 2010.
