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ENCUESTA EINAUDI-INTESA CENTRO SAN PAOLO sobre “Ahorro y elecciones financieras de los italianos 2015”

ENCUESTA CENTRO EINAUDI-INTESA SANPAOLO – Las familias italianas que consiguen ahorrar vuelven a crecer pero la clase media sufre y piensa más en el futuro de sus hijos que en comprar una casa – Gros-Pietro: “Correcto revisar los impuestos sobre la vivienda” – Il gestión de activos vuelve a atraer inversores, pero el 66% dice que no está dispuesto a correr riesgos.

ENCUESTA EINAUDI-INTESA CENTRO SAN PAOLO sobre “Ahorro y elecciones financieras de los italianos 2015”

Las familias que logran ahorrar aumentan pero la clase media se reduce. Esta es la fotografía extraída de la encuesta del centro Einaudi e Intesa Sanpaolo sobre "El ahorro y las opciones financieras de los italianos 2015" y presentada ayer en Turín desde las oficinas del nuevo rascacielos del banco.

Desde el año 2000 se ha producido una erosión progresiva del número de familias que son capaces de ahorrar. El peor año fue 2012 y desde entonces se ha iniciado una lenta recuperación con una evidente aceleración en estos meses de 2015. Entre 2012 y 2015 los ahorradores pasaron del 38,6% al 43,7% con un avance, señala el estudio, del 5%, de los cuales tres puntos porcentuales están vinculados a los primeros meses de 2015.

Sin embargo, se confirma el adelgazamiento de la clase media: en 2015 las familias italianas que pertenecen a la clase media son el 38,5% del total, "una caída respecto al 57,1% registrado en la muestra de 2007", antes del estallido de la crisis. Desde entonces, 7 millones de italianos (3 millones de familias) han abandonado esta clase que “perdió durante la crisis de 2007-2014 el anclaje económico que los unía a la clase media”. La crisis, por tanto, no solo ha bloqueado el impulso social, sino que lo ha hecho caer: "Por primera vez en la historia de la Italia de la posguerra, una generación de la clase media declara que ha dado un paso atrás respecto a sus padres" .

CLASE MEDIA, MEJOR LOS NIÑOS DE LA CASA. GROS-PIETRO: REVISIÓN DE LOS IMPUESTOS SOBRE LOS HOGARES

En la clase media, los ahorros se deben principalmente a la preocupación por los niños y menos a la compra de una casa, que alguna vez fue una prioridad. “Tras la crisis, se ha producido una reducción drástica de quienes consideran los inmuebles como la mejor o más segura inversión”, apunta la investigación que revela cómo los ahorradores parecen haber adquirido una mayor conciencia de los riesgos que también caracterizan las inversiones inmobiliarias. En todo caso seguimos siendo un país pobre en efectivo – rico en casa: la proporción de hogares que ocupan un casa propiaà cresce de alrededor del 76 por ciento en 2000 a alrededor del 79 por ciento en 2015.

De esta forma, Gian Maria Gros Pietro, presidente del consejo de administración de Intesa Sanpaolo, dio un salto personal: “Pareció en un momento determinado que los impuestos sobre la vivienda podían aumentarse sin consecuencias. En cambio, hemos visto las consecuencias y por eso la idea de revisar y remodelar los impuestos sobre la vivienda que afectan a una porción tan grande de italianos y sobre todo de la clase media es una idea que me parece políticamente correcta”.

Para Gros-Pietro, el estudio representa “la certificación del punto de inflexión que estamos viviendo. Las expectativas están mejorando y aunque los ingresos han seguido deteriorándose ligeramente, los datos nos muestran que esas expectativas estaban bien fundadas. La crisis realmente ha terminado y estamos empezando a pensar virtuosamente de nuevo”. La capacidad de ahorro de los italianos, continuó, “se ha visto debilitada y puesta a prueba por la caída de la renta disponible, pero la cifra vuelve a subir. Las familias italianas tienen ahorros de alrededor de 10 billones, o seis veces sus ingresos. Italia vuelve a ahorrar más que la media europea, es una vuelta a las virtudes que han hecho crecer a este país”. “La clase media –concluyó– es la base de la democracia tal como se concibe en Occidente, un sistema dentro del cual funcionan ascensores sociales que permiten que surjan fuerzas vivas sin dramatismo. De lo contrario, las fuerzas vivas se refugian o en el populismo o en el extremismo, riesgos que vemos emerger en muchas áreas del mundo y en el Mediterráneo”.

COMENZÓ EL RETORNO. CRECEN LOS INVERSORES EN LA GESTIÓN DE ACTIVOS

Para el economista jefe de Intesa Sanpaolo, Gregorio De Felice “2015 y 2016 tienen condiciones extremadamente favorables para un vuelco considerable de la economía”. Es necesario, por supuesto, que el gobierno continúe por la senda de las reformas y que se haga todo lo posible para consolidar la recuperación. “El papel de la estabilidad, también de las instituciones europeas, es muy importante – dijo De Felice. Necesitamos recrear el sentido de pertenencia a Europa, para mejorar las perspectivas y permitir que las familias destinen al consumo parte de la riqueza que hoy se puede volver a destinar al ahorro”.

En contra de esta dinámica, la gestión de activos ha atraído cada vez a más inversores en los últimos dos años: el porcentaje ha aumentado del 9% al 12%. las personas más jóvenes y más interesadas en la rentabilidad a medio y largo plazo buscan diversificarse. En general, la atención se está centrando cada vez más en los rendimientos a largo plazo, mientras que la liquidez, considerada en primer lugar por alrededor de un tercio de los ahorradores hasta 2011, ahora es considerada una prioridad por solo el 13 por ciento. El 66% de los ahorradores declara que no está dispuesto a correr riesgos y el 43,9% de la muestra se sitúa en el tramo de propensión al riesgo más bajo absoluto. Menos del 7 por ciento de los ahorradores se encuentran en el tramo de mayor aversión al riesgo; los valores están más o menos en la línea de los históricos y representan un signo de normalización respecto a las actitudes que habían caracterizado el punto álgido de la crisis.

La búsqueda de seguridad se asocia normalmente a la inversión en bonos, incluso a expensas de la rentabilidad. La percepción de la seguridad de los bonos, que cayó drásticamente durante el período de la crisis de la deuda soberana (2012), ha comenzado a aumentar nuevamente desde 2014, una tendencia confirmada en 2015: el 29 por ciento de la muestra considera que la inversión en bonos es completamente segura, contra poco menos del 18 por ciento en 2012.

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