Dos años y ocho meses de prisión, más 20 euros de multa, decomiso de acciones de la empresa Pegaso y pólizas de seguros, por un importe total que podría rondar los pocos millones de euros. Esta es la sentencia negociada por Giulia Ligresti, quien supuestamente admitió sus responsabilidades en el marco de la investigación Fonsai. La hija de Salvatore, que acabó esposada el 17 de julio por cargos de contabilidad falsa y manipulación del mercado, se encuentra actualmente bajo arresto domiciliario en Milán, después de que los médicos de la prisión de Vercelli comprobaran que sus condiciones psicológicas no eran compatibles con la detención.
La sentencia, acordada entre la acusación y la defensa, fue confirmada esta mañana por el juez. Su hermana Jonella permanece tras las rejas -el tribunal de revisión rechazó la solicitud de excarcelación- y Salvatore Ligresti, aún no interrogado por la fiscalía, se encuentra bajo arresto domiciliario.
Los bienes confiscados a Giulia Ligresti son parte de los que fueron puestos bajo embargo preventivo por la Guardia di Finanza el 12 de agosto en nombre de los fiscales de Turín Vittorio Nessi y Marco Gianoglio. La operación -que en su conjunto implica activos, acciones y cuentas corrientes de la empresa por valor de 251 millones de euros- se enmarca en la investigación sobre la gestión pasada de Fondiaria Sai.
La investigación involucra también al otro hijo de Ligresti, Paolo, un ciudadano suizo contra el que no fue posible ejecutar la orden de prisión preventiva, el exvicepresidente de Fonsai Antonio Talarico (bajo arresto domiciliario) y los exdirectores gerentes Emanuele Erbetta (en prisión) y Fausto Marchionni (bajo arresto domiciliario). Para ellos la acusación es una falsa contabilidad agravada por perjuicios a los ahorradores y manipulación del mercado. Giulia Ligresti ha optado por una estrategia procesal diferente a la de los demás sospechosos y durante los interrogatorios dados a los magistrados admitió sus responsabilidades y así optó por negociar.
