"Dudas muy serias" sobre la aplicación de la directiva europea sobre una base imponible consolidada común para el impuesto de sociedades. Stefano Micossi, director general de Assonime, no oculta sus perplejidades ante la comisión de Finanzas de Palazzo Madama.
Por supuesto, la directiva europea no deja de tener más de un valor, desde la simplificación pasando por la reducción de costes para las empresas hasta el aumento del empleo. Y, sin embargo, "muchos problemas de aplicación siguen sin resolverse". Y Assonime indica "en primer lugar" cómo nos encontramos ante una "disciplina facultativa que apoyaría y no sustituiría las distintas realidades tributarias nacionales" y que permitiría, por tanto, la coexistencia de dos sistemas diferentes de IRPF. En segundo lugar, “más de diez años de estudios aún no han permitido llegar a valoraciones sobre el impacto de los ingresos. No sorprende el favor mostrado por el mundo empresarial, que refleja la expectativa de reducciones significativas en la carga tributaria”.
Assonime obviamente se declara "a favor de una reducción" de la carga tributaria, subrayando sin embargo que esto "no puede ser el resultado implícito de una modificación del ordenamiento jurídico, sino de elecciones explícitas que obviamente pertenecen a ámbitos nacionales". Nuevamente: habría implicaciones muy fuertes para los poderes de evaluación que estarían conferidos a los países de residencia legal de la empresa matriz, “y aquí está el meollo del problema”, agregó el director de la Asociación de Sociedades Anónimas. . Además, la directiva requiere el consentimiento unánime de los Estados miembros, pero "la posición negativa expresada por algunos Estados hace que la introducción efectiva de esta disciplina sea bastante problemática", remarcó Micossi nuevamente.
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