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El presidente de la Aper escribe a PRIMERA: "No sobran las renovables"

El presidente de la Asociación de Productores de Energía de Fuentes Renovables, Agostino Re Rebaudengo, escribe a FIRSTonline: “Dos artículos en su Energy Focus son poco generosos con las energías renovables, acusados ​​de haber recibido un apoyo abrumador, pero muchas empresas nunca han visto esta abundancia” – “ ¿No le guiñas el ojo a los fósiles?”.

El presidente de la Aper escribe a PRIMERA: "No sobran las renovables"

Estimado Director,

Me gustaría enviar algunos comentarios con respecto a los dos artículos publicados respectivamente con el título "La nueva estrategia energética de Italia: se pueden reducir los precios sin romper las cuentas públicas", firmado por el Prof. Gilardoni y E. ”Energía, el auge de las renovables ha creado desarrollo pero la era de los generosos subsidios ha terminado”, sin firmar pero todavía remitible a OIR, el Observatorio de la Industria de las Energías Renovables. En mi opinión, los dos artículos solo pueden compartirse en parte, denotando varios elementos de imprecisión e incompletitud.

En la primera, se revisan a nivel descriptivo algunos de los principales puntos de la Estrategia Energética Nacional (SEN), entre los cuales, en un párrafo dedicado a las renovables, dice: “Para las renovables, se cerró la fase de la cuccagna, en la que el apoyo desbordado permitió tanto excedentes de ganancias excesivos como producciones en gran medida ineficientes, ahora se abre un nuevo capítulo”. Inmediatamente después del Prof. Gilardoni se declara convencido de que las fuentes renovables pueden desarrollarse incluso sin incentivos. Me parece una visión bastante exagerada que magnifica los errores quizás, en parte, cometidos por la fotovoltaica y los extiende a fuentes que en cambio nunca han visto toda esta abundancia, como demuestran los estados financieros de las empresas del sector. En comparación con el "tesoro de petróleo y gas disponibles para Italia”, el artículo argumenta que “su explotación equilibrada daría un impulso a la economía nacional al reducir las importaciones y la dependencia de países extranjeros”, respaldando esencialmente la posición del Ministro Passera: lo pensaríamos más inteligente, y no solo nosotros sino la gran mayoría de los italianos, para cultivar energías renovables, en lugar de perforar nuestros mares para encontrar una cantidad irrisoria de energía fósil en comparación con nuestro consumo.

El segundo artículo, en cambio, consiste en una reflexión sobre las perspectivas de futuro de las renovables, reiterando ya en el título, que no se puede compartir, que “la era de las generosas subvenciones ha terminado”. El artículo habla de la "explosión" de incentivos como "lado oscurodel tumultuoso desarrollo de las renovables, citando de nuevo los datos de la fotovoltaica. Posteriormente, los autores parecen arrepentirse y citan su propio estudio sobre los "importantes beneficios" que generan las renovables. Pero sin mencionar (extrañamente) que en ese estudio estos beneficios, incluidos los impactos ambientales y de salud, así como en términos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y reducción de la dependencia de los suministros energéticos extranjeros, son decididamente superiores a los costos generales del incentivo. .

A continuación, el artículo aprovecha el punto de vista industrial que los operadores de energías renovables deberán adoptar a partir de hoy en un mundo sin incentivos (también en la línea de las declaraciones realizadas por la asociación que presido), sin detenerse, sin embargo, en posibles soportes o modelos de mercado que puedan favorecer la transición (sistemas de usuario eficientes, negociación en el acto, etc.). Para finalizar, el artículo se detiene en la regulación del mercado, destacando cómo éste deberá "tener en cuenta y potenciar las evoluciones en curso sin dispersar las importantes inversiones en ciclos combinados de gas realizadas en los últimos años”. También en este caso es difícil estar de acuerdo: estas inversiones se realizaron en su mayoría cuando ya se conocían los objetivos europeos en materia de renovables y, precisamente por eso, no parecen especialmente dignas de “salvarse”.

Desconozco la línea editorial de su revista, pero me parece que ambos artículos, si bien se esfuerzan por ser equidistantes, acaban “guiñando un ojo a los fósiles”. Como asociación, estamos listos para alimentar el debate y discutir nuestras observaciones con mayor profundidad, tal vez con un próximo artículo en su revista, si tiene la amabilidad de recibirnos. Aprovecho esta oportunidad para enviarle mis mejores deseos.

Agostino Rebaudengo

Presidente de la APER

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