Contar las enormes diferencias que existen entre muchos países delUnión Europea, más que muchos datos macroeconómicos importantes, las cifras relativas al porcentaje de adultos jóvenes, entre 25 y 34 años, que aún viven con sus padres podrían ser suficientes.
Es una cifra que muestra una clara división entre los países del norte y centro de Europa y los que miran hacia el Mediterráneo. Una diferencia que puede explicarse en parte por recurrencias culturales, como el enfoque en la familia de empresas como las italianas y griegas, pero también por contingencias económicas que difieren de un país a otro.
Según los datos procesados por Eurostat y que se muestran en el mapa, el país que muestra el mayor porcentaje de jóvenes que viven con sus padres es Eslovaquia, al 56,6%. En el lado opuesto está el Dinamarca, con una participación del 1,8%.
Se registran, pues, porcentajes muy bajos en Escandinavia, donde, entre Suecia, Finlandia y Noruega, la proporción de jóvenes que viven con sus padres ronda el 4%. Por debajo de la media, con datos entre el 10% y el 20%, también los países del centro de Europa: Francia, Alemania, Austria, Bélgica y Holanda, a los que se suma Gran Bretaña.
La cifra, sin embargo, es muy elevada en Grecia y Bulgaria, donde supera el 50 %, y en Italia, Portugal, Croacia y Rumanía, donde supera el 40%. En este caso, el porcentaje de italianos de entre 25 y 34 años que todavía viven con sus padres es del 46,6%. Una cifra preocupante que, en muchos países, corresponde a tasas de desempleo juvenil muy altas (en Italia es del 44,2%).