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El Gobierno de Meloni es de derechas y no tiene paladines pero hay que juzgarlo por los hechos: su relación con Europa será crucial

El nuevo gobierno ciertamente no es el gobierno de altura con el que soñaba Meloni, pero la presencia de figuras institucionales en puestos clave es una garantía: será su relación con Europa la que definirá su verdadera naturaleza y la reunión de ayer con Macron es una buena firmar

El Gobierno de Meloni es de derechas y no tiene paladines pero hay que juzgarlo por los hechos: su relación con Europa será crucial

Giorgia Meloni, que pasará a la historia por ser la primera mujer en Italia en convertirse en Primera Ministra, soñaba con crear un gobierno de alto perfil. Eso no es exactamente lo que sucedió. En comparación con Gobierno de Draghi, en el que la figura del primer ministro bastó para darle una dimensión de altísima calidad y gran credibilidad internacional, el retroceso es bastante evidente. Pero el que presenta Meloni es un gobierno que ganó las elecciones, que tiene todo el derecho a gobernar y que merece ser juzgado sobre los hechos. Lo que no significa hacer descuentos. Lejos de ahi. En democracia, la información, si quiere ser el guardián del poder, debe ser capaz de evaluar la acción del gobierno con severidad pero sin prejuicios y sin anteojeras. Así fue con los gobiernos anteriores y así debe ser con el gobierno de Meloni también.

Gobierno de Meloni: presencias innecesariamente divisorias, pero perfiles institucionales en los 5 ministerios clave

En el nuevo gobierno, la presencia de algunos ministros innecesariamente divisivos y de dudosa reputación es ciertamente molesta –como Daniela Santanchè de Turismo, Gennaro Sangiuliano de Cultura y sobre todo Eugenia Roccella de Familia– pero en general es un gobierno presentable, en el que se destaca el perfil institucional de los cinco ministros clave: Antonio Tajani ai Extranjero, habiendo sido ya Presidente del Parlamento Europeo; Matteo Piantedosi, prefecto de Roma, en laInterno; Giancarlo Giorgetti en elEconomía luego de haber sido Ministro de Desarrollo Económico; Guido Crosetto, ex empresario, en el Ministerio de Defensa y Carlo Nordio, ex magistrado, en Justicia. De nadie se puede decir que sea euroescéptico y que sea sospechoso de simpatías pro-Putin como Silvio Berlusconi y tambien mateo Salvini. Y esto no es poca cosa. Y le da crédito a Giorgia Meloni, quien desde los primeros pasos demostró una indudable capacidad de liderazgo al mantener a raya a Salvini (a quien negó regresar al Ministerio del Interior) y poner contra las cuerdas a Berlusconi, quien exigió Justicia para Casellati.

¿Meloni podrá gobernar? Tendrá que probarlo con hechos y sobre estos será juzgado.

Entonces el equipo está ahí, pero ahora tienen que demostrar su capacidad de gobernar en el campo. Debe hacerlo inmediatamente en el terreno económico y social pero debe hacerlo sobre todo en el terreno internacional. Entenderemos mejor a dónde quiere ir el nuevo gobierno a partir de la presentación al Parlamento el martes. Pero más que palabras contarán los hechos. Meloni de Palazzo Chigi sigue siendo quien advirtió a la UE durante la campaña electoral que “Se acabó la diversión” o es que – como parece testimoniar la reunión de Roma con Macron –¿Quién se ha dado cuenta de que Europa no es una broma y que Italia, si no quiere quedarse al margen, debe establecer una relación constructiva con sus aliados históricos, empezando por Francia? Lo que tiene por delante son desafíos que te hacen temblar las muñecas pero el autobús de la historia pasa una vez y para Meloni el juego de la vida es ahora. Puede tener todas las opiniones que quiera sobre el nuevo primer ministro y las nuestras ciertamente no son perjudicialmente favorables para los que vienen de la derecha soberana y antiliberal como usted, pero hay que saber cómo poner el interés nacional y en este momento el interés de Italia es que lo haga el gobierno de Meloni. Soñar con un futuro diferente siempre es posible pero las alternativas no son para hoy.

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