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Los mil dilemas de Burraco: cómo ordenar las cartas y el primer descarte

CONSEJO DEL CAMPEÓN – Cómo colocar las cartas y el primer descarte – ¿Abro o no? – ¿Trío o directo? – La estrella guía es el principio de “mínimo gasto, máxima rentabilidad” – Algunos ejemplos para intentar ganar

Los mil dilemas de Burraco: cómo ordenar las cartas y el primer descarte

¿Abro o no? ¿Trío o escalera? ¿Cobro o no cobro? ¿Descarto una buena carta a mis oponentes o arruino todas mis partidas? Las dudas de Hamlet en Burraco son infinitas, tantas como combinaciones posibles de las 108 cartas que ofrece el juego. Por otro lado, ciertas respuestas son escasas, por lo que tenemos que conformarnos con sugerencias y una brújula que al menos apunte hacia el norte. Para nosotros, la estrella polar es el principio de “mínimo gasto, máximo rendimiento” ya la luz de ello nos enfrentamos al laberinto de alternativas que se presenta ante nosotros.

La primera elección se impone nada más levantar las cartas del suelo: ¿cómo ordenarlas? No es una cuestión baladí, porque la disposición afecta al juego y, si está bien diseñada, permite comprender, con un rápido vistazo, si existen cierres alternativos al que nos gustaba.

Una buena manera de organizarlos es agrupar los tríos y colocar las cartas adecuadas junto a ellos para formar una posible escalera. En cambio, en el extremo derecho (o en el izquierdo si es zurdo) puede organizar las cartas que se descartarán, comenzando con la primera de la que tiene la intención de deshacerse.

Pongamos un ejemplo: tienes 5 y 4 de picas, 4 de corazones, 4 y 6 de diamantes, 10 y 8 de corazones, 8 de tréboles, comodín, as de diamantes y reina de picas. La mano así indicada ya está colocada en tus manos de la mejor manera, con la reina de picas en el extremo derecho, como la primera carta a descartar. Sacas el 7 de picas y lo colocas junto al 5 y al 4: te hace un par, pero todavía estamos en el campo de la esperanza, estamos planeando un futuro que nunca podría materializarse. He aquí entonces la primera duda: ¿echo el juego de 4 o, con todas estas escaleras esperadas, espero una ronda, a ver qué tiene mi compañero? Por el criterio económico mencionado varias veces (siempre preferir un juego limpio a uno sucio aunque sea menos "bonito") es una buena idea abandonar sin pensar durante mucho tiempo. La elección es válida si tu compañero aún no ha jugado, pero más aún si ya ha jugado y no ha abierto nada. Su silencio puede significar que tiene muy poco que ofrecerte y que necesitas empezar a deshacerte de algunas cartas; o tal vez significa que tiene demasiados comodines y no puede revelarse a sus oponentes. También en este caso, un trío limpio será útil para apoyar a un comodín.

Si pones los 4, la Q es un mejor descarte que el 6 de diamantes o el 5 de picas (que lamentablemente no te sirven), porque podrían ser útiles para que tus oponentes se deshagan de algunos de más. 4 s. Al fin y al cabo, la Q no es una "carta aislada", dado que tienes otras 2 picas en la mano (la biblia de Burraco, el libro de Giorgio Vitale, sugiere no tirar nunca la carta aislada, porque si no la necesitas , alguien lo necesitará otro).

Supongamos, sin embargo, que son optimistas incurables y prefieren esperar una vuelta antes de colocar el 4: ¿cuál es, en este caso, el hueco correcto? La Q está bien, pero también puedes darte el gusto descartando el 6 de diamantes, que es uno de tus pares con los 4s, para probar el juego de tu compañero. Si sus oponentes lo interceptan, siempre puede colocar los 4 en la siguiente ronda, para su profunda decepción, pero si su compañero lo recoge, sabrá que tiene algún interés en esa área y puede continuar (ahivoi) manteniendo el 4s un poco'.

Seas atento o agresivo, también puedes lanzar el as de diamantes, una carta extrema y por definición un excelente descarte inicial. Sin embargo, hay que decir que los ases valen mucho (15 puntos) y por eso se abandonan a regañadientes. En este caso también tiene el 6 y el 4 de diamantes y si por casualidad descarta el 6 y su compañero abre una escalera baja de diamantes, el as puede volverse útil para el burraco. En definitiva, a primera vista la dama negra parece ser el mejor rechazo, dado también el poco atractivo significado cabalístico de lo anterior.

En la lista de descartes no hemos mencionado el 8 de tréboles, que está emparejado sólo con el 8 de corazones (comprometido con el 10 de corazones) y que no tiene otros "parientes" cercanos. De hecho, el 8 de tréboles tiene toda la parafernalia de la carta a la que no querrás renunciar hasta que realmente valga la pena: es la mejor carta mediana y aislada. Así que manténgalo agrupado entre los otros diez y junto con el 8 de corazones, ya que este par podría resultar invaluable si su contrajuego se vuelve particularmente duro.

¡Cuántos razonamientos en 11 tarjetas! Y cuantas dudas ya a primera vista, al primer descarte. Así que orientemos nuestra brújula y sigamos navegando en los próximos episodios, siempre teniendo en cuenta los puertos que tenemos que tocar: la empuñadura de la cabina, el burraco, el cierre.

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