Actualmente no hay una razón concreta por la que esto debería suceder, aparte de la psicosis colectiva, sin embargo, está sucediendo: decenas de miles de turistas que tenían previsto pasar sus vacaciones en Grecia han cancelado sus reservas, ya en la semana anterior al referéndum celebrado ayer y como respuesta a la preocupante evolución (todavía desconocida a decir verdad) de la situación financiera del país en las últimas semanas.
Así lo informaba hoy la edición online del diario ateniense To Vima según el cual las cancelaciones desde hace un tiempo se están produciendo a una media de unas 50.000 diarias. Si bien la viceministra de Turismo, Elena Kountoura, hizo un llamado a los medios de comunicación para "no dañar el turismo del país", los expertos de la industria creen que el resultado del referéndum de ayer y la introducción de controles de capital puestos en marcha por el gobierno desde el pasado lunes están teniendo un impacto devastador sobre la principal industria griega, aunque sin indicar motivos concretos de alarma.
El año pasado, el sector turístico griego experimentó un temporada récord con 22 millones de visitantes y 13.44 millones de euros en ingresos, con un incremento del 23% en asistencia y del 10.6% en ingresos respecto a 2013 para un total del 17% del PIB. Con la incertidumbre creada por la actual situación política y económica, según ha afirmado Andreas Andreadis, presidente de la Confederación Helénica de Turismo (Sete), será muy difícil que el sector turístico alcance las previsiones iniciales de un millón de turistas este año en más y 14 mil millones en ingresos.
Casi 300.000 reservas de hotel fueron canceladas solo la semana pasada y los expertos de la industria especulan que a menos que la situación del país se normalice de inmediato, será imposible que los hoteleros recuperen las pérdidas ya sufridas. Las islas del Egeo fueron las más afectadas por la última ola de cancelaciones: muchos turistas extranjeros las abandonaron prefiriendo viajar a otros destinos en España y Türkiye.
