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Golf, Tiger Woods lidera en Florida

Mientras el joven Manassero de Marruecos inicia la tercera ronda del Trophee Hassan (está en el decimoséptimo puesto), el número uno del mundo se lleva un -10 para el torneo- Donald y Mc Ilroy descansan a la espera del Masters.

Golf, Tiger Woods lidera en Florida

Tiger Woods tuvo un gran comienzo en el Arnold Palmer invitational, Bay Hill, Florida, donde en el día dos acertó 17 de 18 greenes y terminó con un espléndido -6 bajo par, -10 para el torneo. Un gran trampolín para el fin de semana, con la oportunidad de ganar una vez más en el PGA Tour. Maravillosas noticias para su afición sobre todo de cara al Masters. Al fin y al cabo, campeones de golf de todo el mundo están afilando sus garras en las últimas semanas, a la espera del primer major de la temporada: el Masters de Augusta, Georgia, Estados Unidos, que se disputará del 5 al 8 de abril. No hay jugador en el planeta que no sueñe con lucir, al menos una vez en la vida, la famosa chaqueta verde que se coloca sobre los hombros del ganador del prestigioso torneo. Una especie de manto de armiño, que envuelve al rey de los verdes del momento. Para participar, sin embargo, se necesita ser uno de los 50 mejores jugadores del mundo, según la lista de dinero y Matteo Manassero, que cumplirá 19 dentro de un mes, persigue ese objetivo en el área de Cesarini, tras terminar segundo la semana pasada. en el Open de Andalucía Costa del Sol en Marbella. En estas horas, el jovencísimo campeón de Verona lucha en el circuito europeo por ganar el Hassan Golf Trophy en Agadir, Marruecos, resultado que le permitiría escalar posiciones en el ranking mundial. En los dos primeros días Matteo no siempre se mostró concentrado, pero todo apunta a que podrá encontrar el empujón adecuado durante el fin de semana, una vez pasado el corte. Pase lo que pase, Matteo muestra una madurez y un valor envidiables y parece casi listo para mudarse definitivamente a la gira estadounidense, aunque todavía le falta un poco de longitud en el manejo.

Sin embargo, no todos los grandes campeones son “bombarderos” como Dustin Johnson o Bubba Watson. Por ejemplo, el número uno del mundo, el inglés Luke Donald, domina el ranking sin colocar la bola a 300 metros del tee, pero sí con un swing suave y equilibrado, con espléndidos hierros al green y un putt seguro. Donald recuperó el cetro la semana pasada, también en Florida, luchando por los playoffs y deslizando a su rival Rory Mc Ilory (que no estaba jugando) al segundo lugar. Tanto Donald como Mc Ilroy descansan esta semana, para conservar fuerzas de cara al Masters.

Mc Ilroy estuvo a punto de perder la victoria el año pasado en Augusta y es seguro apostar que volverá a intentarlo este año, con energía renovada después de 12 meses de éxito. Donald por su parte intentará ganar su primer major, para finalmente silenciar a quienes lo consideran el número uno de la Serie B por la falta de victorias en alguno de los 4 torneos major. El inglés tiene todas las credenciales para hacerlo: juego, carácter, determinación. Su único inconveniente, si puede considerarse como tal, es el aplomo. Donald no hace espectáculo, no se enfada cuando comete un error y no se regocija demasiado cuando mete un gol, quizás por eso no es muy querido por los comentaristas de televisión.

De un tipo completamente diferente es Tiger Woods, que tiene un lenguaje corporal inconfundible y que arrastra al espectador a una vorágine empática. Incluso este aspecto de su carácter es parte del encanto de uno de los más grandes campeones que ha tenido el golf. Tiger parece estar de vuelta en perfecta forma en Orlando, después de un cuarto día muy malo en el WGC Cadillac Championship en el Doral de Miami, cuando se vio obligado a retirarse debido a problemas en el tendón de Aquiles. Woods está jugando mucho más que cuando estaba en la cima de la liga y los fanáticos del golf esperan verlo nuevamente en Augusta, donde, con todos los dolores y molestias del mundo, una vez más será el favorito. Lo importante es que ha encontrado su putt, ese golpe final que, como la garra mortal de un tigre, le permitió conquistar el podio dejando los restos de sus rivales en el campo.

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