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Golf: García gana el Masters, la redención de un perdedor exitoso

El domingo, García ganó la competencia más glamorosa, el Masters, donde se quedó entre los diez primeros solo 3 veces de las 18 ediciones jugadas: lo ganó contra su amigo y Justin Rose, medallista de oro en Río.

Golf: García gana el Masters, la redención de un perdedor exitoso

¿Y si cambiamos de opinión? ¿Y si el golf sin Tiger Woods fuera aún mejor? La victoria en el Masters de Augusta de Sergio García, 37 años, español, toda una vida en pos de un major, parece ofrecernos esta oportunidad. García, hace 20 años, era llamado "el Niño", un niño prodigio en el circo mundial del golf, un pequeño fenómeno destinado a abrumar a todos y ganarlo todo. Así fue, pero solo en parte, porque en su larga lista de éxitos siempre ha faltado un torneo de Grand Slam. Estuvo cerca muchas veces, incluso un bigote, pero al final siempre algo salía mal. Sergio parecía destinado a ser para siempre un perdedor exitoso. ¿Cuáles eran sus límites? Quizá nunca había enviado al desván al niño algo neurótico que dormía en él; tal vez estaba demasiado inclinado a culpar a otros de sus errores. Sus polémicas con Tigre siguen siendo memorables, solo porque, al sacar la madera del saco, había distraído al público mientras jugaba Sergio. En fin, su problema eran sus caprichos, como un campeón inmaduro. Sin embargo, hace cinco años, este campeón de España, cuando se le volvió a preguntar sobre sus posibilidades de ganar un major, cambió de tono y admitió: "No creo que tenga las características para triunfar nunca en esta empresa". Un baño de humildad, una toma de conciencia definitiva. Así lo ha premiado el golf, que es cruel, pero también generoso con los que saben agachar la cabeza y enfrentarse a la adversidad, en su 74º intento de un major. 

El domingo, García ganó la competencia más glamorosa, el Masters, donde se había quedado entre los diez primeros solo 3 veces de las 18 ediciones jugadas. Se lo ganó a su amigo y gran caballero Justin Rose, medallista de oro en Río. “Si tenía que perder contra alguien –comentó el inglés– tenía que ser Sergio”. Incluso el público estadounidense se emocionó con este epílogo. Mágicamente este éxito también llegó el día en que la leyenda de García, Severiano Ballesteros, habría cumplido 60 años y se ha cerrado un círculo de hadas.

Es cierto entonces, el golf es huérfano de Tiger, pero a pesar de esta grave carencia y de que incluso Dustin Johnson, número uno del mundo, se lesionó unas horas antes de jugar, esta edición del Masters será recordada como una. de las más bellas de todos los tiempos. ¿Un hecho excepcional? No. Lo mismo sucedió el año pasado con el Open Championship, gracias a la épica batalla entre Phil Mickelson y Henrik Stenson, que luego ganó. Lo mismo en los Juegos Olímpicos, en el enfrentamiento entre Stenson y Rose, que luego ganó. En definitiva, el hecho de que ya no haya una sola estrella con tantos satélites alrededor tiene sus ventajas. La estrella más brillante se ha apagado, pero esto brinda la oportunidad de ver a las demás brillar en el firmamento. Y si este es el golf de la era posterior al Tigre, realmente puede "satisfacer".

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