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Global Tax, Irlanda dice que sí: porque es un punto de inflexión histórico

Tras meses de presión y negociaciones, Irlanda capitula y dice sí a la fiscalidad mínima del 15% a las multinacionales - Luz verde también de Estonia, acuerdo entre 136 países - El Global Tax comenzará en 2023

Global Tax, Irlanda dice que sí: porque es un punto de inflexión histórico

Ha llegado un punto de inflexión histórico en el campo de la fiscalidad internacional. Irlanda se ha sumado al impuesto global del 15% para multinacionales. Considerado el paraíso fiscal europeo por excelencia por su fiscalidad favorable y los acuerdos ad hoc suscritos con muchas empresas -y por ello elegido como "hogar" por muchos de los gigantes Hi-Tech estadounidenses como Facebook, Google y Apple-, un A pocos días del G20 y de la nueva reunión de la OCDE prevista en París los días 30 y 31 de octubre, Irlanda dio el sí al acuerdo sobre el impuesto mínimo de sociedades a partir de 2023 al que ya habían dado su visto bueno 130 países.

El anuncio oficial llegó ayer por la noche del Ministro de Finanzas de Irlanda, Pascal Donohoe, tras el visto bueno del Gobierno de Dublín: “Es un punto de equilibrio entre nuestra competitividad y nuestro lugar en el mundo. Garantizará que Irlanda sea parte de la solución al problema, respetando el futuro marco fiscal internacional”, dijo. "Es una decisión difícil pero, creo, justa y pragmática", añadió, asegurando que Irlanda seguirá siendo un país atractivo para las inversiones de las multinacionales internacionales. 

IMPUESTO GLOBAL: EL ACUERDO CON IRLANDA

El visto bueno de Dublín se produjo después de años de presión y meses de negociaciones por parte de la OCDE y muchos países de la UE. De hecho, desde la década de 80, Irlanda ha aplicado una tasa impositiva muy baja sobre los ingresos y beneficios corporativos, lo que ha llevado a muchas multinacionales a trasladar su sede fiscal al área de Dublín. El primero fue Apple, seguido de Microsoft, Intel y en la década de 2000 por Facebook y Alphabet, la empresa matriz de Google. Irlanda elevó su tasa impositiva del 1997% al 10% en 12,5 para cumplir con las normas de ayuda estatal de la UE, pero desde entonces ha resistido la presión de otros países desarrollados que durante mucho tiempo acusaron a Dublín de "competencia desleal" en materia fiscal. Con la adhesión al impuesto global, la resistencia irlandesa parece haberse derrumbado finalmente. 

Según las disposiciones, el impuesto de sociedades irlandés aumentará del 2023 % al 12,5 % a partir de 15. El nuevo tipo se aplicará a las empresas con una facturación superior a 750 millones de euros, mientras que por debajo de este umbral el tipo impositivo se mantendrá en el 12,5%. Según los cálculos, el cambio afectará a unas 1.500 empresas que emplean a más de 400 trabajadores en Irlanda. El impuesto global también afectará a las arcas estatales ya que, según estimaciones, reducirá la recaudación fiscal en 2 millones al año.

“Es un paso trascendental y enormemente positivo para los esfuerzos colectivos de Europa por construir un sistema fiscal mundial más justo y estable”, tuiteó el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni.

OK TAMBIÉN DE ESTONIA

Entre los países de la UE que no se habían adherido el acuerdo en julio pasado, además de Irlanda también estaban Estonia y Hungría. Pues bien, a unas horas de Dublín, Tallin también ha decidido capitular, dando luz verde al impuesto mínimo a las multinacionales: "Nos sumamos al acuerdo sobre el impuesto global", anunció el primer ministro Kaja Kallas, añadiendo que esto "no cambiará nada para la mayoría de los operadores económicos en Estonia, y que solo afectará a las filiales de los grandes grupos multinacionales”. En este punto sólo queda fuera la Hungría de Victor Orban, cuya adhesión es sin embargo fundamental dado que la UE exige la unanimidad en materia fiscal. 

FISCALIDAD GLOBAL: LO QUE DISPONE EL ACUERDO

Una vez caído el baluarte irlandés, el acuerdo sobre el impuesto global parece cada vez más cercano. Según las previsiones, el acuerdo podría firmarse ya en el G20 previsto en Washington para el 13 de octubre o, a más tardar, durante la reunión de la OCDE que se celebrará a finales de mes. 

El acuerdo alcanzado en julio en Venecia se basa en dos pilares. El primero prevé la introducción de un impuesto mínimo global del 15% a las multinacionales con ingresos superiores a 750 millones de euros. En pocas palabras, si una empresa tributa en un país donde la tributación efectiva es inferior al 15%, el porcentaje restante para llegar a ese umbral deberá pagarlo en el país de residencia, que para los gigantes Hi-Tech corresponde en la gran mayoría de casos a los Estados Unidos. Con esta medida se espera un ingreso total de 150 mil millones de dólares al año. El segundo pilar se refiere a las multinacionales con ingresos superiores a los 20 millones de dólares y un margen operativo superior al 10% de los ingresos. Para ellas, una parte de los beneficios, igual al 20-30% de los beneficios superiores al 10%, tributará en los países donde dichas sociedades realicen ventas, netas del domicilio social en cualquier paraíso fiscal. Las estimaciones hablan de una posible facturación de 100 mil millones de dólares al año. 

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