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SALUDOS DE FIRSTonline – Regálanos una “bazooka” por Navidad

SALUDOS DESDE FIRSTonline – Deseamos a todos nuestros lectores y a todos los ciudadanos de Europa encontrar un regalo un tanto especial bajo el árbol de Navidad: un plan “bazooka” para salvar el euro comprando con medios ilimitados –a través del BCE- los bonos del Estado de los países golpeados por la tormenta del riesgo soberano y saliendo finalmente de la crisis

SALUDOS DE FIRSTonline – Regálanos una “bazooka” por Navidad

Debajo del árbol de Navidad nos gustaría encontrar un regalo especial este año: una bazuca. Sí, sí, toda una bazuca, de hecho, una de verdad. plan de bazuca. No todos nos hemos convertido en belicistas, pero la Navidad de este año no es lo que solía ser. Todo ha cambiado y los que vivimos en los países de la Eurozona estamos en guerra, aunque muchos (¿y Bossi o Di Pietro?) aún no lo han notado. No es retórica, es así. No es una guerra tradicional que se libra con cañonazos o tanques pero es una guerra que estamos viviendo. Las guerras modernas se libran con diferenciales y tasas de interés, pero no son menos sangrientas que las tradicionales. El enemigo es impalpable y a veces está incluso dentro de nosotros y en el corazón de Europa, pero la apuesta es muy clara: salvar o perder el euro y con el euro también Europa.

 

Hace apenas diez años en estos días -era el 20 de diciembre- elArgentina que hoy disfruta del segundo crecimiento económico más alto del mundo después de que China declarara su quiebra: ¿recuerdan el asalto a los bancos y la protesta de los cacerolazos? No somos la Argentina de hace 10 años y esperamos nunca serlo, pero estamos en guerra, en una guerra financiera implacable que va erosionando día tras día no sólo nuestro patrimonio sino todas nuestras certezas y nuestra fe en el futuro. El solo hecho de que haya un país como Grecia que lleva meses viviendo la pesadilla de los lunes por la mañana con el temor de que se produzca un impago, que sus activos se reduzcan a la mitad de la noche a la mañana y que los cajeros automáticos ya no dispensen dinero, da escalofríos.

 

Como en el 29 la crisis nació en América pero ahora está desatando todo su poder destructivo sobre Europa y como en el 29 estamos repitiendo error tras error que puede arruinar al mundo entero ya nosotros los europeos primero. La crisis económica y financiera más grave de los últimos 80 años y la primera crisis verdaderamente global está poniendo a prueba nuestro patrimonio y su escalada no cesa. Pero es sobre todo su cuarta fase la que está resultando explosiva: tras la crisis subprime nacida el 9 de agosto de 2007, tras la derivada de la quiebra de Lehman el 15 de septiembre de 2008 que hizo sistémica la crisis, tras el contagio de la crisis de las finanzas a la economía real, la la cuarta fase de la crisis –la del riesgo soberano que cuestiona la sostenibilidad de la deuda pública de los países europeos más expuestos y, paulatinamente, de todos los demás– está convirtiendo a Italia en el epicentro de la crisis.

 

Entre enero y febrero, la prueba de las subastas de bonos del Estado corre el riesgo de poner en grave y definitiva crisis a un país como el nuestro, que no puede pagar por mucho tiempo intereses cercanos al 8% de la tercera deuda pública mundial. Poner tu propia casa en orden es lo que el gobierno de Monti está haciendo encomiablemente, pero este es un campeonato que se gana principalmente fuera de casa, es decir, en Europa. Aquí, con toda la simpatía del mundo por las dudas y perplejidades de los alemanes y por los temores que emanan de su historia, uno nunca dejará de lamentar a los grandes líderes de Alemania del pasado reciente, desde Kohl hasta Schmidt y Willy Brandt, que no dudarían ni un instante en anteponer los intereses de Europa a los de su propia ventaja electoral y que no ahorrarían críticas a la lógica del ama de casa imprudente a la que se aferra ciegamente la señora Merkel. Si se quema la casa del vecino, es pura ilusión pensar en salvarse dando la espalda.

 

Sin embargo, la peor crisis que estamos viviendo no es en modo alguno invencible: todos los economistas lo dicen con una visión a largo plazo. Bastaría con atesorar la lección americana y anunciar a los mercados que Europa tiene la voluntad y la fuerza -a través del BCE y de un auténtico plan bazooka- para desplegar medios ilimitados para comprar los bonos del Estado de los países golpeados por la tormenta de el riesgo soberano. ¿Qué harían entonces los inversores estadounidenses, británicos y asiáticos que han apostado sumas colosales al fracaso del euro y han retirado su capital de la eurozona? Pero, se dice, ¿podría tal plan, lo que en la jerga se llama plan bazooka, encender un poco de inflación? Es cierto, pero ¡ay de confundir los medios con el fin! Con toda la prudencia del caso, rescatar al euro y a Europa bien vale un poco de inflación.

 

Por eso, a todos los lectores de FIRSTonline que nos están apoyando más allá de todas las expectativas en nuestra fascinante aventura ya todos los ciudadanos de Europa, solo podemos enviar un cálido deseo: el de encontrar un regalo un tanto especial bajo el árbol. Una "bazuca". Una auténtica “bazuca”.

 

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