De la etapa de Montecassino, con la ascensión final a la famosa abadía, se podían esperar sorpresas, pero lo que sucedió, hermoso y dramático, en la sexta etapa del Giro era difícilmente imaginable. La belleza la ofrecieron dos australianos, Michael Mattwes y Cadel Evans. El maillot rosa es el hombre que no esperas lanzar primero a la roca, justo allí donde todos predijeron el final de su liderazgo. Tan feliz justo después de la línea de meta que no lo puedes creer.
Si Matthews es el retrato de la alegría. Evans no se había visto tan concentrado y ferozmente determinado durante dos años: a los 37 años, después de dos temporadas, una más decepcionante que la otra, eran pocos los que aún le creían. En cambio aquí está, furioso como un maníaco pisando los pedales, cogiendo a todos desprevenidos incluso antes de que el camino se vuelva empinado, aprovechando también un ruinoso choque de la mitad del grupo en el que también estuvo involucrado Rodríguez. Con la ayuda de Os y Morabito, Evans hace el vacío en el que quedan engullidos Uran y Quintana, que en la llegada sufrirán un retraso de 49″ que se convierte en 55″ porque Evans, finalizando segundo por detrás del sorprendente Matthews, también se embolsa seis segundos de bono de tiempo
La etapa, que relanza a Evans a lo más alto de los favoritos del Giro, fue una especie de masacre con unos cuarenta ciclistas catapultados unos encima de otros a la entrada de una rotonda a 11 km de la meta, a causa de la lluvia y el asfalto resbaladizo. . Dramático resultado para Vicioso, sin vida sobre el asfalto con una fractura de fémur. Momentos de miedo también para Caruso, también del Katusha, arrojado violentamente al suelo al costado de la carretera: el piloto italiano, desafortunado protagonista en la última Lieja, permaneció inmóvil una eternidad de instantes, inconsciente.
Para él, el Giro acabó como para su capitán, Joaquim Rodríguez, que acabó en la carambola general de la que salió maltrecho y con un dedo roto. Purito volvió a subirse a su bicicleta, pero el mejor grupo ya estaba lejos. Ira, sufrimiento, decepción: Rodríguez terminó valientemente la etapa con una diferencia de casi ocho minutos. Poco después, Katusha anunció su retirada. Así se marcha tristemente del Giro uno de los protagonistas más esperados, que compartió el primado de los pronósticos en la víspera con Quintana.
