Francia abandona los planes bélicos contra los veraneantes. Tal y como informa hoy el diario Les Echos, París ha dejado de lado la idea de un nuevo impuesto sobre las viviendas vacacionales. La medida era parte integral de una propuesta de reforma que llegará mañana al Senado. En cambio, sigue en pie la hipótesis de cancelar el escudo que permite a los franceses más ricos no pagar impuestos sobre más de la mitad de sus ingresos.
La presión de algunos senadores durante una reunión el pasado sábado con el presidente Nicolas Sarkozy y el ministro del Tesoro, François Baroin, fue decisiva para la anulación del impuesto a las segundas residencias. "Los franceses que viven en el extranjero realmente no podían entender esta medida", dijo una fuente presidencial citada por el diario francés. En realidad, la explicación no era tan complicada. Gracias al nuevo impuesto, el Gobierno esperaba recaudar en torno a 176 millones de euros, para una recaudación media de 485 euros por hogar.
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