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Francia, 30 millones para la transición: nuclear, hidrógeno y chips

El presidente Macron presentó el plan "Francia 2030", que se centrará sobre todo en la descarbonización de la industria: "El objetivo es sacar a la luz a los campeones de la Francia del mañana"

Francia, 30 millones para la transición: nuclear, hidrógeno y chips

Después de las medidas de emergencia y el plan de apoyo de 100 mil millones de euros para apoyar la economía, es hora de que Francia mire hacia el futuro: hoy el presidente Emmanuel Macron presentó los detalles del plan "Francia 2030": una especie de Pnrr transalpino pero limitado principalmente a la transición energética y la creación de los "campeones del mañana", para conjurar el riesgo de una decadencia de Francia evocada repetidamente. El plan, presentado con gran pompa en el Elíseo con una larga retransmisión en directo por las redes sociales y la asistencia de un público selecto, con una ovación final de pie, está destinado a 30 millones de euros, de los cuales 8 millones solo para la descarbonización de la industria y la producción de energía. Uno de esos 8 millones se destinará a la energía nuclear, un camino que Macron pretende seguir, centrándose en los reactores de pequeña escala y sobre todo para que la energía atómica sea reconocida como verde por la Unión Europea.

El discurso del presidente estuvo precedido por un vídeo que enumeraba todas las excelencias francesas, como si ya pertenecieran al pasado: Concorde, TGV, Airbus, etc. “¿Y ahora?” es la pregunta que aparece al final del vídeo y a la que responde Macron. “No hay industria sin innovación – dijo -. en esta oración se necesitarán muchas inversiones públicas y privadas“. El presidente evocó, por tanto, un modelo de crecimiento sostenible, que proteja el sistema social y sea protagonista y cooperativo a nivel internacional. En general, el objetivo es, por lo tanto, acompañar la transición de los sectores de excelencia, del automóvil a la aeronáutica y el espacio, para crear los campeones tecnológicos del futuro y "permitir que Francia redescubra su medio ambiente, industria, tecnología, salud y cultura, volver a ser protagonista en Europa y en el mundo".

A partir de nuclear, para lo que Macron juega un partido importante a nivel europeo: el objetivo es tener plantas más pequeñas, es decir, "más seguras y con menos residuos". Luego está el tema dehidrógeno verde y otras energías renovables "nuevas": Francia quiere construir dos gigafábricas de aquí a 2030, invirtiendo 2 millones en innovaciones "revolucionarias" en energía limpia. El objetivo es reducir las emisiones de CO35 de la industria en un 2015% entre 2030 y 2021, mientras que en 4 se redujeron solo un XNUMX%. Se destinarán entonces cuatro mil millones de euros a transportar, otro objetivo ambicioso del presidente: de aquí a 2030 el objetivo es la producción en Francia de 2 millones de vehículos eléctricos o híbridos, y también construir el primer avión bajo en carbono. Otros 2 mil millones serán llevados a casa por el agricultura, esperado por una revolución que ya está en marcha: Foodtech, robótica, Big data, protección de la biodiversidad.

Finalmente, con una inversión justo por debajo de la destinada a la recuperación de la industria, está el capítulo dedicado a la sanidad: 7,5 millones de euros. Otros 5 millones se destinan a investigación e innovación, con miras a la creación de un ecosistema de startups y negocios y deeptech (tecnologías de última generación), mientras que sobre la cuestión de una nube totalmente estatal Macron habló de "utopía". Sin embargo, el presidente transalpino no rehuyó otros temas estratégicos, en los que invirtió otros 6 millones. Uno de los capítulos de mayor gasto y no en vano incluye también expedientes espinosos, como el suministro de semiconductores, necesaria sobre todo para el mercado del automóvil: Macron quiere duplicar la producción autóctona para no depender de las turbulencias geopolíticas y de China, al igual que quiere protegerse en la cadena de suministro de madera, en tierras raras (siempre importantes para los componentes electrónicos), y no dice no al plástico sino que apunta al reciclaje.

Frente al plan italiano, que también desembolsa fondos directamente a las empresas, el francés parece más bien girar en torno a la filosofía del ecosistema, de crear las condiciones para que nazcan, crezcan y prosperen nuevas realidades tecnológicas y ecológicamente sostenibles. Por eso se invertirán nada menos que 2,5 millones de euros de forma genérica en talentos: así se lee textualmente el plan “Francia 2030”, que pedirá a las escuelas, universidades y centros de investigación no solo la formación sino también la potenciación del talento. Lo que necesitará Francia para volver a ser grande.

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