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Fondos negros: Rajoy en la tormenta, vuelven las tensiones por España

El país ibérico, como Italia, está pagando escándalos políticos: el de los fondos negros que arrollaron a Mariano Rajoy hace que se dispare el diferencial, mientras ayer la Bolsa de Madrid (ahora recuperándose) perdió más del 3% - El primer ministro responde a las acusaciones y rechaza cualquier hipótesis de renuncia.

Fondos negros: Rajoy en la tormenta, vuelven las tensiones por España

Es un hilo delgado, el de la confianza. España e Italia se miran al espejo, víctimas de su propia inestabilidad política y de oleadas de escándalos, y tal vez tengan que preguntarse si ese hilo no se ha roto realmente.

Un cambio de sentimiento económico, el primero desde principios de año, y que una colina de confianza construida con esfuerzo en los últimos meses, provisiones para un largo invierno, se está desmoronando, revelando la friabilidad de su naturaleza. Los castillos de naipes no son bienes duraderos y las incertidumbres políticas vuelven a sacudir los mercados de deuda. El diferencial entre los BTP a diez años y sus homólogos alemanes cae más allá de la "cuota Monti", en 288 puntos, mientras que el rendimiento alcanza el 4,52%. De la misma manera se ensancha el diferencial Bonos/Bund, que se sitúa en 386 puntos para una tasa del 5,47%, con la Bolsa de Madrid perdiendo ayer un 3,77%. De ahí el escándalo MPS y el "efecto Berlusconi". De ahí, el terremoto político que está arrollando al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Un escándalo que ha corrido como la pólvora, el español, fruto de una investigación por fondos negros en la que ya el año pasado involucró al tesorero del Partido Popular Luis Bárcenas, pero que recién traspasó el umbral del poder central el pasado jueves. Es decir Rajoy, acusado, junto a otros miembros del PP, de haberse embolsado dinero negroDinero de bolsillo de 25 euros al año, más otros gastos, pagados de 1997 a 2008, obtenidos de la división científica de las coimas pagadas por empresas, especialmente constructoras, a las administraciones locales del PP.

Il presunto Libro de contabilidad del Partido Popular publicado por El País el pasado jueves incluso el primer ministro, hasta ahora inmaculado, lo clava por primera vez, dejando al descubierto la epidemia de corrupción de todo un aparato. Los socialistas, encabezados por Alfredo Rubacalba, exigen dimisiones inmediatas y nuevas elecciones. Una perspectiva que amenaza con cerrar de raíz el camino de las reformas emprendidas por España y que asusta a los mercados, pero que se refleja en la protesta de un pueblo arrodillado por los recortes y el paro (que ha alcanzado un monstruoso 26%, literalmente uno de cada cuatro) y que se encuentra nuevamente frente a una clase política turbia y embarrada.

En los últimos días, el presidente del Gobierno Rajoy ha negado rotundamente cualquier implicación en la operación, anunciando su intención de publicar en Internet su declaración de la renta y rechazando rotundamente cualquier hipótesis de dimisión. Lo hizo ayer también, frente a medio mundo de los medios de comunicación, durante la reunión extraordinaria de su partido, defendiendo su honor en un sentido discurso: “Yo no decidí hacer de la política mi trabajo para ganar dinero. De hecho, perdí dinero". Palabras que penden de un hilo, también, a la espera de saber si los papeles divulgados por El País son auténticos.

Mientras tanto, España e Italia se miran al espejo y se encuentran iguales. Sus frágiles cimientos son socavados por una clase política inadecuada y por una corrupción que se convierte en epidermis. Problemas que tienen raíces mucho más profundas que sus soluciones. Por otro lado, los mercados, mirando de lejos, preguntándose si y cómo es posible confiar en estos países.

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