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Fundaciones bancarias: el camino a la autorreforma, solo el 33% en un banco

Las fundaciones bancarias tienen entre tres y cinco años para diversificar sus inversiones - Firmado el convenio entre el Ministerio de Economía y Acri: exige que una fundación no comprometa más de un tercio de sus activos para exposición a una sola entidad bancaria. Además sin deudas ni límites de mandato.

Fundaciones bancarias: el camino a la autorreforma, solo el 33% en un banco

Vienen nuevas reglas fundaciones bancarias. El Ministerio de Economía y ACRI, la asociación representante de las Fundaciones, han aprobado el protocolo que supondrá una reducción de su presencia en los bancos a no más de un tercio del capital en un plazo estimado entre tres y cinco años. Esta es la principal novedad que afectará de cerca a gigantes crediticios como Intesa San Paolo e Unicredit pero se incluyen otras novedades en el acuerdo: reducción de deudas hasta su cancelación y límites a los mandatos.

¿Cuáles son los nuevos parámetros y qué efectos podrían producir?

El protocolo indica a las fundaciones bancarias de diversificar la cartera de préstamos de activos, con el fin de limitar la concentración de riesgo y la dependencia del resultado de la gestión de determinados emisores, grupos de empresas, sectores de actividad y áreas geográficas. Existe un límite cuantitativo de un tercio de los activos del balance para la exposición a una sola persona.
Además, el protocolo subraya la necesidad de evitar, de conformidad con el principio de conservación del patrimonio, cualquier forma de deuda salvo en el caso de necesidades temporales y limitadas de liquidez y también a no utilizar contratos e instrumentos financieros derivados salvo con fines de cobertura o en operaciones en las que no exista riesgo de pérdidas patrimoniales.

¿Qué significa y cuáles podrían ser los efectos?

Esto llevará a varias fundaciones a bajar el umbral de inversión para un solo banco por debajo del 33,3%. es el caso de algunas fundaciones de accionistas de Intesa y Unicredit que tendrán que enajenar parte de sus acciones.
Por ejemplo, entre los accionistas de UniCredit se encuentra la Fundación Cariverona que posee el 3,46% del banco. Esta participación representa el 49% de las inversiones totales de la fundación. Mismo "problema" para el Compañía de San Pablo, primer accionista del banco Intesa SanPaolo con un 9,51%. Sin embargo, esta apuesta en Intesa SanPaolo (relacionada con finales de 2013) supone el 48% de la inversión del banco sobre el total. Discurso similar también para la Fundación cariparo que a finales de 2013 vio una incidencia de su participación del 4,45% en Intesa sobre el total invertido de aproximadamente un 64%.

Los tres fundamentos de los que acabamos de hablar tendrán que estar dentro de los límites que marca el protocolo dentro de tres o cinco años, dependiendo de si la inversión es en una empresa cotizada o no cotizada.

El protocolo también prevé otras novedades muy interesantes por el lado de la gobierno de las fundaciones bancarias. Entre estos destaca el límite de compensación. Por ejemplo, en el caso de fundaciones con un patrimonio superior a mil millones de euros, la retribución anual del presidente de la fundación no puede superar el máximo 240mila euros. Hay topes basados ​​en los activos, para las cuotas globales pagadas a todos los miembros de los órganos.

Entre las otras novedades importantes cabe destacar las normas relativas a límites de tiempo para las tareas. La duración de los órganos de dirección y dirección de las fundaciones será como máximo de 4 años y los cargos de presidente y consejero no podrán ejercerse por más de dos mandatos consecutivos. Finalmente, el protocolo subraya la necesidad de adoptar procedimientos de designación destinados a equilibrar la representación de género. 

“El Protocolo – comentó Giuseppe Guzzetti, presidente de ACRI – es un paso más en el proceso de autorreforma de las Fundaciones y fue querido por el Mef y Acri a raíz de la ley que las regula (Reforma Ciampi de 1998/99 y posteriores modificaciones) de acuerdo con el nuevo contexto histórico, económico y financiero, de lo que surge la necesidad de precisar el ámbito de aplicación de las normas que rigen las fundaciones de origen bancario, para que puedan expresarse cada vez más plenamente como sujetos del tercer sector ".

“ACRE -dijo también Guzzetti- siempre ha contribuido de manera eficaz a la consecución de los fines que el legislador ha asignado a la supervisión (Mef) al promover la difusión de buenas prácticas operativas entre las fundaciones de origen bancario y el desarrollo de códigos y prácticas de comportamiento, que puede orientar, de forma compartida, el logro de mejores y mayores estándares de funcionamiento, en términos de transparencia, responsabilidad y búsqueda de los intereses estatutarios, como lo atestigua el Acta de Fundaciones lanzada por la Asociación en abril de 2012. Este Protocolo es de continuidad. en sustancia, con elecciones ya hechas por muchas Fundaciones, pero trae una innovación absoluta en la relación entre supervisor y supervisados, porque ha encontrado en el diálogo y la comparación constructiva la herramienta ideal para fomentar comportamientos y prácticas cada vez más virtuosas, en interés de la comunidad. y todo el país".

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