Las autoridades suizas son "optimistas" sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo fiscal con Italia antes del 21 de diciembre. En particular, se trataría de firmar un acuerdo técnico sobre la regularización de las cuentas de clientes italianos en entidades de crédito suizas. A continuación, el texto se sometería a los gobiernos. Así lo informó el embajador de Suiza, Oscar Knapp, jefe de las divisiones de mercados de la secretaría de Estado para asuntos financieros.
“Confiamos en presentar una solución consensuada a los gobiernos – dijo Knapp -. Las obras avanzan bien. Las delegaciones están satisfechas”.
A principios de mes, el ministro del Tesoro italiano, Vittorio Grilli, había anunciado su intención de cerrar la operación en el plazo de un año. Los objetivos son dos: un mecanismo para remediar los ingresos sustraídos a los capitales expatriados ilegalmente y un sistema tributario a aplicar en el futuro.
El margen de maniobra no es grande. Necesitamos gravar el capital italiano no declarado depositado en bancos suizos para escapar del recaudador de impuestos, eso es seguro. Al mismo tiempo, sin embargo, deben respetarse las reglas de transparencia y los estándares internacionales a los que se hizo referencia nuevamente en el último comunicado del G20.
“No hay razón para creer que ese objetivo no es posible –dijo Grilli–, hemos visto que los acuerdos que hizo Suiza con Gran Bretaña y Alemania se aprueban en Europa, ese es el síntoma de que se han respetado las reglas”.
Londres y Berlín han llegado a acuerdos bilaterales con Berna que prevén la definición de una tasa única sobre el capital exportado ilegalmente y un esquema de retención de impuestos completamente implementado sobre las ganancias de capital.
