“El Gobierno puede seguir viviendo si su programa es convincente, con un nuevo pacto, con perspectivas enfocadas en los problemas de las personas, las empresas y el país. En la vida de las naciones, el error de no saber aprovechar el momento puede ser irreparable. Iré directo al meollo del asunto: Italia corre un riesgo que puede ser fatal, irreparable. Evitar este riesgo, aprovechar o no el momento depende de nosotros, de las elecciones que hagamos en esta Cámara, del sí o del no”.
Estas son algunas de las palabras que utilizó por la mañana el primer ministro Enrico Letta para pedir confianza en el Parlamento, recordando también los resultados obtenidos por el Gobierno en los últimos meses y evocando los riesgos de acudir de inmediato, como muchos piden, a elecciones anticipadas. lo que “llevaría a la ingobernabilidad” con este sistema electoral, que no haría más que “replicar una situación de amplios acuerdos”. Si volviéramos a votar con el Porcellum “de hecho nos volveríamos a encontrar con amplios acuerdos porque no se produciría una mayoría clara”. “La estabilidad debe ser perseguida como un valor absoluto a ser perseguido y practicado – repitió Enrico Letta, recordando el progreso de Italia de 46 a 68 cuando, gracias a la estabilidad – todos los italianos conocen los beneficios de ese tiempo”.
“Estos 5 meses de gobierno ya han supuesto una primera desgravación fiscal importante para los italianos. A los que argumentan les señalo que gracias al gobierno se han pagado menos impuestos por 3 mil millones. Estos también son hechos, no postergaciones”, dijo Letta, respondiendo a las críticas de Silvio Berlusconi: “En un estado democrático, las sentencias se respetan, se aplican, sin perjuicio del derecho intangible de defensa pero sin tratamiento ni ad ad ni contram personam”. También dijo el primer ministro, recordando que los asuntos legales de Berlusconi no deben afectar el destino del país. El Caballero por su parte ya ha lanzado una pequeña señal de apertura al declarar: “Escucharemos a Letta y luego decidiremos”. En realidad, más allá de la posición que asuma su líder, una parte cada vez mayor del centro-derecha parecería estar movilizándose a favor de la supervivencia de este ejecutivo.
De hecho, el vaticinio es que vamos hacia el sí: por la mañana incluso un leal al Cavaliere, Roberto Formigoni, afirmó expresamente que votará sí. En el Senado votarán 318 (no participan el presidente Grasso y dos senadores vitalicios) y la mayoría mínima exigida es de 161: si todo el PDL vota en contra de Letta, puede llegar a un máximo de 144, y por tanto el Gobierno caería. Pero según una estimación más realista, el actual primer ministro podría contar con un apoyo cercano a los 180 votos (con hasta 40 diputados que abandonan el PDL).
