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Flanders: Gilbert domina el clásico de Muri

El belga gana por desprendimiento tras una escapada en solitario de 54 km que comenzó en el mítico Kwaremont – Segundo en 28” Van Avermaet, implicado en la caída que dejó fuera de combate a Sagan – Mala suerte también Tom Boonen, autor de un ataque decisivo a Grammont , detenido por un accidente mecánico

Flanders: Gilbert domina el clásico de Muri

Se esperaba el bis de Peter Sagan o la victoria de Greg Van Avermaet, ambos desafortunados por una desastrosa caída en el último paso del Kwaremont. El Tour de Flandes 2017, independientemente de lo bueno o lo malo que siempre acompaña a las carreras ciclistas, contó con la impresionante actuación de Philippe Gilbert, que a 54 km de la meta en Oudenaarde corrió en la segunda ascensión al Kwaremont, una de las paredes míticas de la Ronde, transformando el clásico monumento flamenco en una loca contrarreloj solitaria. 

Sagan, que acabó en el suelo tras rozar una barrera con el anorak de un espectador que acabó en los radios de su bicicleta, tuvo que rendirse a la mala suerte. Las cosas le fueron mejor a Van Avermaet, quien terminó golpeando al campeón mundial, quien se levantó de inmediato y, a pesar de estar herido en el muslo, reanudó su furiosa persecución del desatado Gilbert.

Con él iban dos holandeses, el joven Van Baarle y Niki Terpstra: este último, compañero de Gilbert en las Quick-Step Floors, evidentemente no daba ningún cambio al líder de la Bmc: por Greg Van Avermaet, ganador del E3 Harelbeke y del Ghent -Wevelgem, el sueño de marcar un fantástico hat-trick en suelo flamenco se desvaneció ante el monstruoso enfrentamiento de Gilbert que llegó solo a Oudenaarde.

Con su maillot de campeón de Bélgica a la vista, tuvo tiempo de sobra para saborear su triunfo al cruzar la línea de meta alzando la bicicleta en brazos en señal de júbilo y desmedida potencia. Van Avermaet tuvo que conformarse con el segundo puesto 28” por delante de Terpstra.

Para completar el éxito del equipo de Quick-Step Floors, un acorazado de inicio de temporada, también podría haber estado el gran Tom Boonen, autor de un tramo en la mítica pared de Grammont, a 95 km de la meta, que provocó un repentino selección en el grupo de los mejores, atrapando a Sagan y Van Avermaet al contraataque.

Pero Boonen, tres veces ganador de la Ronde -plusmarquista en el cuadro de honor de las clásicas flamencas como Buisse, Magni, Leman, Museeuw y Cancellara- en su última actuación sobre paredes, quedó fuera de combate por un accidente mecánico. Ahora solo le queda un último objetivo: intentar un histórico cinco en la próxima Roubaix.

Pero sobre los adoquines infernales del norte de Francia, Boonen tendrá que lidiar con un Sagan cada vez más ansioso por romper su ayuno de victorias, un mal cliente como Van Avermaet, que pese a no ganar ayer demostró estar en un estado de forma excepcional, y muchos otros pretendientes, de John Degenkolb y Alexander Kristoff, listos para levantar el trofeo de piedra en el histórico Vélodrome.

Y quién sabe si incluso Gilbert, tras la asombrosa hazaña en la Ronde que sigue a su éxito en los Tres Días de De Panne, querrá volver a correr la Roubaix, una clásica que siempre ha evitado después de haberla disputado una sola vez en 2007 en anonimato total de un puesto 52.

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