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La Fed es cautelosa con las tasas, el BCE apunta a una reducción más lenta

Señales de cautela del Banco Central estadounidense sobre la subida de tipos, que podría posponerse – Esta medida corre el riesgo de influir en el BCE, que, para evitar un fortalecimiento excesivo del euro frente al dólar, podría provocar que el anuncio de la hoja de ruta posponer aún más la reducción gradual.

Las señales de cautela vienen de la Reserva Federal. El endurecimiento monetario del Banco Central estadounidense, largamente esperado por los mercados, corre el riesgo de posponerse debido a los últimos datos de inflación, que aún son demasiado débiles. Y esto podría llevar al BCE a hacer lo mismo, para evitar un fortalecimiento excesivo del euro frente al dólar.

La Reserva Federal planea otra subida del coste de la deuda a finales de 2017, la tercera este año tras las de marzo y junio, pero el índice de precios al consumidor que no crece al ritmo del 2% desde hace cinco años complica planes En julio, la inflación subyacente (es decir, excluyendo componentes volátiles como alimentos y energía) aumentó un 1,4% interanual y solo un 0,1% intermensual. Por ello, el mercado descarta la posibilidad de que la Fed anuncie una subida de tipos en su reunión de los días 19 y 20 de septiembre y se muestra escéptico ante la posibilidad de un endurecimiento en diciembre. 

Según Neel Kashkari, presidente de la Reserva Federal de Minneapolis y miembro votante del FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto, brazo de política monetaria del instituto central estadounidense), en estas condiciones una subida de tipos podría causar un "daño real" a la economía

Lael Brainard, también miembro votante del FOMC, dijo que estaba preocupada por los últimos datos de precios, que podrían estar relacionados con una inflación subyacente débil, tal vez incluso más que la observada antes de la crisis financiera. En ese caso, sería "prudente" subir las tasas "más gradualmente", dijo Brainard en un discurso en Nueva York.

"Es recomendable proceder con cautela ante cualquier endurecimiento adicional de la política monetaria -añadió- hasta que estemos seguros de que la inflación está realmente alcanzando nuestro objetivo del 2%".

Más indicios llegarán hoy con la publicación del libro beige, que aportará nuevos datos sobre la evolución de la economía americana.

Mañana, sin embargo, el Consejo de Gobierno del BCE se reunirá en Frankfurt. Desde hace meses, el mercado espera que el presidente Mario Draghi aclare la hoja de ruta del tapering, el proceso de normalización gradual de la política monetaria. El programa de compra de valores de Eurotower (quantitative easing) debería terminar a finales de año, pero según los analistas de UBS se extenderá unos meses, aunque a un ritmo más lento: 40 millones al mes desde los 60 actuales. Al fin y al cabo, el próximo año muchos de los valores que puede comprar el BCE se agotarán en el mercado, por lo que Draghi se verá obligado a corregir su rumbo.

Por el momento, sin embargo, las indicaciones provenientes de la Fed aconsejan cautela. No solo porque incluso en la Eurozona la recuperación de la inflación aún está lejos del objetivo del BCE -que apunta a un nivel "por debajo pero cercano" al 2 por ciento- y la tendencia de los precios es aún demasiado incierta en muchos países. Pero sobre todo porque reducir el Qe mientras la Reserva Federal sigue estancada supondría avivar aún más la carrera por el euro, que -impulsado por la crisis entre EE.UU. y Corea del Norte- ya se acerca al 1,20 frente al dólar, máximo para dos y años y medio. Y una moneda que es demasiado fuerte corre el riesgo de cortar de raíz cualquier señal de recuperación económica proveniente de la Eurozona.

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