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Energía, grandes empresas de servicios públicos atacan ESCO

Cesef está organizando un seminario sobre "Adquisiciones y Fusiones en el sector de la Eficiencia Energética" en Milán el 28 de junio de 2016 para discutir los aspectos estratégicos y técnicos.

El sector de la Eficiencia Energética está en plena ebullición. Muchas de las empresas que allí operan, las llamadas ESCO, están en venta, algunas tal vez ya vendidas. Los compradores son las grandes utilities nacionales e incluso internacionales que ven buenas oportunidades de desarrollo en el mercado de la Eficiencia Energética. Enel, Eon, Terna, A2A, Iren, Engie, pero también otras entidades menores están tomando medidas para fortalecer sus habilidades tanto en términos de tecnología como de penetración comercial.

¿Qué está impulsando a las empresas de servicios públicos a tales movimientos? Hay varias razones. La Eficiencia Energética lleva años en lo más alto de las políticas energéticas de Europa y de nuestro país; esto significa que las políticas de apoyo tendrán que continuar también en el futuro, aunque con lógicas más efectivas y convincentes.

Además, las empresas de servicios públicos declaran sistemáticamente en sus planes estratégicos que apuntan a la eficiencia energética, pero a menudo tienen habilidades limitadas a aplicaciones simples como el alumbrado público con LED o intervenciones de aislamiento en edificios. En realidad, sin embargo, es un mercado altamente articulado, donde se pueden distinguir grandes segmentos como el inmobiliario, comercial, civil, residencial e industrial, pero donde sin embargo es posible destacar numerosos segmentos de mercado y tecnologías virtualmente infinitas. La distinción entre administración pública y privada es importante. Cada sector tiene problemáticas y potencialidades muy diversificadas respecto de las cuales es necesario saber construir una oferta adecuada.

Otro punto relevante es que, durante 2015, se elaboraron miles de auditorías energéticas (como exige la norma que transpone la directiva europea) en las que se destacaron no solo las áreas de inversión sino también las direcciones concretas en las que operar.

El problema es que el mundo de las ESE, a pesar de estar compuesto por cientos de sujetos, en realidad no cuenta con más de veinte entidades realmente capacitadas para afrontar los nuevos retos. Aparte de los que ya pertenecen a grandes grupos, como Cofely, Fenice, Siram, hay una plétora de pequeños y muy pequeños operadores que durante muchos años han vivido de las actividades esencialmente burocráticas para obtener certificados blancos. No debería haber más espacio en el futuro para este tipo de operador. Por otro lado, los pocos que están calificados tienen problemas sistemáticos de descapitalización y financiamiento de proyectos y para ellos es casi obligado vender o asociarse con grupos financieramente más sólidos.

En definitiva, tal y como prevé y espera CESEF, el sector ha emprendido una senda de crecimiento; una tendencia sin duda positiva: para llevar a cabo intervenciones eficaces de racionalización energética ya no basta con enfoques artesanales sino que se necesita una importante evolución industrial que pasa también por el crecimiento dimensional y cualitativo de los operadores. La esperanza es que estas operaciones conduzcan a una mejora de las sólidas habilidades técnicas y de planificación especializadas de las ESE y no a su dispersión y degradación a través de la implementación de intervenciones simples y estandarizadas.

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