Con la aprobación, por amplísima mayoría, de las asambleas de accionistas de Enersis Américas y Enersis Chile, y sus filiales, de la fusión entre los holdings chilenos ha completado un paso fundamental del proceso de cambio de la estructura societaria y la forma de trabajar de Enel en América Latina.
Esta es la culminación de una actividad compleja que duró cerca de dos años, cuyo impacto va mucho más allá del aspecto corporativo y financiero. El resultado es una Enel más eficiente y racional gracias, por un lado, a la separación de las actividades en Iberia de las de Latinoamérica (operación Carter I) y, por otro, a la simplificación de la cadena societaria sudamericana, logrado a través de la división de en Chile de los de los otros países de presencia: Brasil, Perú, Colombia, Argentina (Carter II).
La operación crea valor para los accionistas de Enel y para los accionistas minoritarios de sus filiales y libera beneficios operativos para todo el Grupo. La estructura de Enersis nació de complejas operaciones financieras que sí le habían permitido al Grupo lograr una presencia significativa en los países más importantes de Sudamérica, pero al precio de fuertes duplicidades e ineficiencias. La racionalización permitirá que las sinergias entre los distintos países funcionen mejor, liberando nuevos recursos y generando más beneficios para el crecimiento industrial.
El trabajo, sin embargo, no está terminado. Una vez superada con éxito la parte más visible de la reorganización, ahora se inicia una actividad de presentación de informes sobre países individuales, más sencilla desde el punto de vista técnico pero no menos importante, que se desarrollará a lo largo de 2017. El denominador común es el voluntad de aumentar las inversiones para mejorar la calidad del servicio, así como también queremos cuidar mejor el impacto de nuestras actividades en las comunidades que nos rodean, con miras a la sustentabilidad que es parte integral de nuestro negocio. Pero cada realidad requiere un abordaje diferente, en función de las características del mercado local.
Il Chile debe ser considerado cada vez más como un país maduro, con grandes similitudes con los europeos, un terreno idóneo para aplicar las innovaciones tecnológicas del Grupo. Ya no necesita grandes sistemas nuevos, sino márgenes de desarrollo para redes y digitalización.
In Brasil, que creemos que ha dejado atrás la parte más dura de la crisis, vemos oportunidades para adquisiciones específicas en las redes de distribución.
Argentina es un capitulo aparte. Después de años muy difíciles, el nuevo gobierno ha dado un paso adelante, adoptando medidas muy positivas. En particular, se está revisando el conjunto de medidas regulatorias que generaron distorsiones en el mercado.
Il Perú, por su parte, presenta un panorama muy particular, siendo probablemente el país que menos ha sufrido el impacto de la crisis en los últimos años. Aquí somos muy activos en el frente de las renovables y EGP acaba de ganar un concurso para construir plantas por un total de más de 300 MW que pronto nos convertirán en el principal operador del sector en el país.
También Colombia presenta un panorama económico alentador y nos ve bien posicionadosi: por ejemplo, venimos vendiendo con éxito servicios financieros en asociación con operadores especializados desde hace algún tiempo; un enfoque que pretendemos replicar en todos los mercados de la zona.
Como un todo, América Latina tiene un gran potencial. Gracias a la reorganización, ahora contamos con una máquina más ágil y eficiente que nos permitirá identificar con mayor claridad las oportunidades comerciales, aprovecharlas más rápidamente y cuidar aún mejor a nuestros clientes.
