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Elecciones en Alemania: la mayoría absoluta es un espejismo, vamos hacia una nueva Grosse Koalition

El domingo en Alemania votamos por la renovación del Bundestag: las dos principales coaliciones, la cristiano-liberal de Angela Merkel y la rojiverde del SPD, difícilmente obtendrán mayoría absoluta -Ni siquiera la aportación de Die Linke lo hará poder permitir un gobierno de izquierda: todo apunta a un gobierno de amplios entendimientos – Peligro euroescéptico

Ahora, a cuarenta y ocho horas de las elecciones federales alemanas, ninguno de los dos campos tradicionales parece tener la mayoría necesaria para gobernar de aquí a 2017. Tanto la coalición cristiano-liberal entre la CDU/CSU (38%) como el FDP (6 %), y los rojiverdes entre SPD (28%) y Grune (8%) están lejos de tener una mayoría absoluta. Ni siquiera la eventual y nada obvia aportación de Die Linke, la extrema izquierda, (9%) sería suficiente para dar vida a un ejecutivo de marca progresista. El riesgo que se vislumbra en el horizonte es, por tanto, el de un Bundestag bloqueado, en el que las únicas alianzas posibles serán las de emergencia, es decir, una gran coalición entre democristianos, socialcristianos y socialdemócratas, siguiendo el modelo de la que gobernó la suerte de Alemania entre 2005 y 2009. De lo contrario, si fracasan las negociaciones con el SPD, es posible que la señora Merkel también quiera entablar negociaciones con los ecologistas. Todo apunta a que la hipótesis de una nueva Große Koalition es la más probable.

Casi el 60% de los votantes lo prefieren. Tal y como ha informado la prensa alemana en los últimos días, ya se está trabajando en la sede socialdemócrata de Berlín sobre el periodo postelectoral y sobre las cartas a jugar. Los socialdemócratas intentarán subir la apuesta tanto como sea posible, tratando de no complacer a la Canciller de inmediato y quitarle los principales cargos del gobierno. Dada la dificultad de las negociaciones, es posible que el nuevo gobierno aún no haya tomado posesión antes de noviembre. Hasta entonces, Merkel permanecerá en el cargo. Si el partido Euroescéptico Alternativa para Alemania (AfD) entrara también en el Bundestag (en la última encuesta le dan precisamente el 5 por ciento), el equilibrio de poder entre las dos partes se diluiría aún más. El tándem cristiano-liberal ha rechazado hasta ahora cualquier propuesta de la llamada coalición. Bahamas, con los colores del país caribeño (negro-amarillo-azul), correspondientes a los de los tres partidos.

Gobernar con los que quieren arrasar con la política de rescate de Merkel no parece plausible ni siquiera para la canciller, tradicionalmente abierta a discutir alianzas con cualquier formación política. El otro día, sin embargo, el gobernador demócrata cristiano de Hesse, Volker Bouffier, dejó escapar que, a su juicio, ningún tipo de coalición estaría realmente excluida a priori, desatando una ola de polémica dentro y fuera de la Unión Demócrata Cristiana. Gaffes aparte, la Alternativa parece destinada a permanecer en oposición a una gran coalición liderada por Angela Merkel sin lugar a dudas.

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