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Elecciones en Brasil, Lula a la cabeza pero Bolsonaro arrebata la boleta: los centristas serán decisivos

El líder de centroizquierda, expresidente de 2003 a 2011, estuvo cerca de ganar la primera vuelta pero todo se pospuso hasta el 30 de octubre. Bolsonaro persigue pero niega las encuestas. Abstención al 20%, los votos de los centristas serán decisivos

Elecciones en Brasil, Lula a la cabeza pero Bolsonaro arrebata la boleta: los centristas serán decisivos

Lula va adelante pero no logra ganar en la primera vuelta y de hecho, a diferencia de lo que pronosticaban las encuestas, que le daban una ventaja de casi 15 puntos, siente a Bolsonaro respirándole en la nuca. Este es el resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil: el líder de izquierda, expresidente de 2003 a 2011 y luego desbordado por los conocidos procesos judiciales, cerró alrededor del 48% (con 50%+1 habría cerrado el juego), equivalente a más de 56 millones de votos, contra el 43,5% de Bolsonaro, es decir, poco menos de 51 millones.

Elecciones en Brasil, Lula obtiene el 48 % contra el 43,5 % de Bolsonaro: la segunda vuelta será el 30 de octubre

El favorito sigue siendo, por tanto, el líder del Partido de los Trabajadores, pero el resultado de ayer del presidente saliente sigue siendo un resultado aceptable y sobre todo sorprendente, dado que en la víspera sólo lo acreditaba un 36%. En cambio entre los dos retadores bailan poco mas de 5 millones de votos, en un país de 156 millones de personas con derecho a voto: a diferencia de lo ocurrido en Italia y al margen de cómo acabe, la primera cifra de esta vuelta es el sensacional fracaso de las encuestas.

En la votación del 30 de octubre (en Brasil hay cuatro semanas entre las dos vueltas y no dos) los votos de los demás candidatos y las abstenciones serán, por tanto, decisivos. En este sentido, el fiasco del centrista Ciro Gomes, que insistió en una propuesta de "tercer polo", negándose a unirse a la El “campo muy amplio” de Lula. (una coalición de 9 partidos) para ir solo, pero terminó siendo la cuarta fuerza en el campo con solo el 3%, detrás del candidato Simone Tebet, también en el campo moderado, con el 4,2%. Ambos candidatos, si bien se consideran independientes, nunca han ocultado tener más afinidad con Lula que con Bolsonaro, pero queda por ver hasta qué punto llegarán demasiado lejos para lograr su consenso.

También es interesante el dato de abstención, superior al 20% (más o menos igual que hace 4 años): un dato elevado si tenemos en cuenta que en Brasil el voto es obligatorio en el grupo de edad de 18 a 70 años, aunque no pueda acudir al colegio electoral con justificación válida o pagando una multa insignificante, y quedan exentos de la obligación los mayores de 16-17 años, los mayores de 70 años y las personas analfabetas. Un grupo que no es tan grande como el italiano, pero dentro del cual pescar los votos decisivos de aquí a fin de mes.

Elecciones en Brasil: plebiscito por Bolsonaro en el Sur, pero el Nordeste no traiciona a Lula

En cuanto al mapa de votaciones, no hubo demasiadas sorpresas: Bolsonaro ganó gracias al plebiscito reunido en el sur del país, donde reside un electorado blanco y básicamente adinerado. En ese puñado de estados, el presidente saliente le dio a su oponente casi 20 puntos, cerrando con 54% a 36%. Y desde contar suele ser más rápido en el Sur, en las primeras proyecciones oficiales (en Brasil hay voto electrónico) el líder soberano incluso tenía ventaja.

Luego la inversión de Lula durante la tarde, con el escrutinio paulatinamente hacia el Nordeste, histórico feudo electoral del ex sindicalista, que tampoco esta vez traicionó. La imagen de un país dividido y polarizado surge de la primera vuelta: Lula vuelve a ser protagonista a pesar del estigma de la sentencia (luego revocada) y la prisión, pero también la narrativa según la cual los brasileños no podían esperar para deshacerse de Bolsonaro no ha encontrado confirmación completa. Y, como también en Italia, la alternativa centrista no ha funcionado.

También vale la pena mencionar la elección de sergio moro, el exmagistrado y gran acusador de Lula en el juicio maxi Lava Jato, como senador por Paraná, estado de tracción conservadora: obtuvo el 33% de los votos, equivalente a casi 2 millones de votos. Moro tiempo atrás, después de haber colaborado en el gobierno de Bolsonaro como superconsultor de Justicia, también había barajado la idea de presentarse a la presidencia. Desistió, pero su elección como senador indica que la temporada del brasileño Mani Pulite aún no ha terminado. Y que Lula está adelante, pero aún no ha ganado.

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