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Efecto Fornero: crecen los aprendizajes, disminuyen las colaboraciones y el trabajo intermitente

Según el informe laboral de CNEL, a raíz de la reforma Fornero, las colaboraciones están cayendo, el trabajo intermitente se está derrumbando, el trabajo permanente muestra un ligero aumento, los aprendizajes parecen despegar con dificultad, los trabajos de duración determinada están creciendo.

Efecto Fornero: crecen los aprendizajes, disminuyen las colaboraciones y el trabajo intermitente

Entre los muchos aspectos interesantes del Informe del Mercado de Trabajo 2013-2014 de CNEL, presentado en Villa Lubin el pasado 30 de septiembre por el Presidente de la Comisión Especial de Información, Tiziano Treu (a punto de ser nombrado Comisionado Extraordinario del INPS), merecen una mención especial los datos relativos a los efectos de la legislación más reciente sobre la composición del mercado laboral.

Estos datos confirman tendencias que ya han surgido en otras encuestas, a partir del seguimiento realizado, por diversas razones, a raíz de la reforma Fornero (Ley n.º 92/2012) y medidas posteriores. En pocas palabras, al comparar tanto la tendencia como los cambios cíclicos (datos brutos y desestacionalizados) de los dos primeros trimestres de 2014 con los correspondientes de 2012 (es decir, antes de la entrada en vigor de la Ley N° 92) se tiene posible observar que: las colaboraciones están disminuyendo; el trabajo intermitente colapsa; muestra una propensión a un ligero aumento, al final del período tras meses de signos marcadamente negativos, en los contratos indefinidos; el aprendizaje parece despegar con dificultad; los trabajos temporales están creciendo.

En esencia, se confirma que las disposiciones de la ley Fornero han desincentivado el recurso a relaciones atípicas con características tendencialmente precarias, que ahora se han convertido en un alto riesgo de disputas legales y la transformación de sanciones en contratos indefinidos. Ya en el tercer trimestre de 2012 (el primero tras la entrada en vigor –el 18 de julio– de la ley n. 92) las colaboraciones –que antes de la ley Fornero crecían un 4% trimestral– descendieron un 21,7% (del 18,6% estacionalmente datos corregidos), el trabajo intermitente disminuyó un 27,5% (incluso un 43,4% como datos corregidos de estacionalidad). 

El aprendizaje pareció sufrir, al principio, de los requisitos más vinculantes introducidos por la ley n. 92, experimentando desempeños decrecientes hasta la rotación del +16,1% en el segundo trimestre de 2014 (+13,3% de la cifra desestacionalizada), como resultado - imaginemos - de las medidas de simplificación contenidas en el decreto n. 34/2014 (Poletti). De las estadísticas derivadas de las comunicaciones obligatorias, comparadas con los datos del Informe Cnel, se podría esperar una dinámica más sostenida de las start-ups con contrato a plazo fijo. La tendencia se caracteriza, no obstante, por una dinámica de crecimiento que, también en este caso, se acelera tras la entrada en vigor del decreto Poletti (+6,4% en el primero y +3,9% en el segundo trimestre, si bien los datos están influidos por la estacionalidad elementos). El contrato indefinido sigue una trayectoria accidentada a lo largo del período con importantes variaciones negativas (la mayor caída, del 14,7%, se encuentra en el tercer trimestre de 2013 a pesar de la entrada en vigor del paquete Giovannini).

Cabe señalar, sin embargo, un cambio de tendencia (+1,4% que sube a +3,1% como cifra cíclica) en el segundo trimestre de 2014. Sin embargo, se sabe que el contrato a plazo se ha convertido aún más en el instrumento predominante de acceso al empleo Al menos en términos de flujo, especialmente para los trabajadores más jóvenes; para lo cual, sin embargo, la contraprestación también se aplica en términos de stock. En 2013, de hecho, el porcentaje de contratos de duración determinada sobre el empleo total en Italia se mantuvo en el 13,2 % como en 2007, antes de la crisis. En cambio, creció más de diez puntos (del 42,3% en 2007 al 52,5% en 2013) para los jóvenes (15-24 años): aproximadamente el doble de la media de la OCDE. Incluso la transición al empleo permanente se ha vuelto menos frecuente y lleva más tiempo. 

En 2008 respecto a 2007, la salida del empleo de duración determinada fue del 28,9% hacia el trabajo fijo, del 3,9% hacia el trabajo por cuenta propia, del 5,8% hacia el desempleo y del 10,7% hacia la inactividad, mientras que el 50,7% se mantuvo confinado al trabajo de duración determinada; en 2013 sobre 2012 esta última proporción subió al 57,5%, mientras que la transición a la estabilidad descendió al 18,4%, al trabajo por cuenta propia al 3,1%, la del paro y la inactividad aumentaron respectivamente al 8,7% y al 12,3%.

En conclusión, ¿qué podemos decir del programa Garantía Juvenil, una de las pocas iniciativas destinadas a promover la empleabilidad de los jóvenes? Cnel habla de una prueba difícil que avanza lentamente. De 201 afiliados, ha habido, hasta el momento, 55 citaciones frente a poco más de 13 ofertas de trabajo.

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