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Desgravación fiscal de primas corporativas: oportunidades para pólizas de no autosuficiencia

Con las pólizas colectivas, bastaría con que un trabajador de 40 años pagara 170 euros al año para obtener, en caso de no autosuficiencia, una renta mensual de 900 euros, con una bonificación en la renta vitalicia de 11 euros

La completa desgravación fiscal del bono de productividad, prevista por la ley de Presupuestos de 2017, cuando se utilice en bienes y servicios de previsión social, representa una oportunidad tanto para las empresas como, sobre todo, para los trabajadores. En particular, según Assopevidenza, finalmente se puede abrir el campo a la difusión de la cobertura de seguro de cuidados a largo plazo (LTC), que garantiza una renta vitalicia cuando las personas se vuelven no autosuficientes, una situación que, hoy en día, es económicamente gravosa. para una gran parte de las familias italianas ayudar a sus seres queridos en la vejez.

“En un país que envejece más que ningún otro en Europa - observa Sergio Corbello, presidente de Assopevidenza - el tema de la cobertura de LTC ya no puede ser ignorado: se trata de garantizar la tranquilidad en la vejez de las personas que se vuelven no autosuficiente. Ahora también se puede considerar una hipótesis de cobertura obligatoria, siguiendo el ejemplo de lo que ya se ha hecho en Alemania durante muchos años. Teniendo en cuenta los beneficios fiscales relacionados, la difusión de la cobertura a toda la población permitiría perseguir el resultado con costes realmente despreciables”.

En el taller Assopevidenza, realizado en colaboración con Percorsi di Secondo Welfare e Itinerari Previdenziali, se presentaron los efectos de la aplicación a la cobertura de LTC de las nuevas bases técnicas de cálculo elaboradas por ANIA, la asociación de compañías de seguros en colaboración con la Universidad La Sapienza. . Las simulaciones desarrolladas por Tiziana Tafaro – Studio Attuariale Orru & Associati – y por Giulia Mallone – Percorsi di Secondo Welfare – relativas al uso del bono de desempeño para financiar la cobertura, confirman las ventajas para los trabajadores y para el sistema social.

Cuando un empleado opta por convertir el bono de desempeño en prestaciones sociales, la empresa ahorra las cotizaciones a la seguridad social. Para el trabajador, el cálculo de la conveniencia es un poco más complejo: tiene un ingreso inmediato, porque puede disponer de todo el monto bruto de la prima, pero en el futuro perderá algo en su pensión, porque no se pagan las cotizaciones del INPS. sobre esa suma. El estudio trata de proporcionar una cuantificación de los costos/beneficios de esta elección.

El cálculo se realizó asumiendo dos hipótesis diferentes: hipótesis actualmente en uso en el mercado (Hipótesis A) y nuevas bases técnicas de ANIA sobre LTC y enfermedades graves (Hipótesis B) elaboradas por ANIA. La cotización del trabajador es sensiblemente distinta si se calcula en función de la situación actual o según las nuevas bases técnicas: en el primer caso un trabajador de 40 años debe pagar 1.000 euros al año por un seguro LTC, en el segundo caso sólo 170 euros. En cuanto al efecto sobre la futura jubilación, si el cuarentón de hoy se jubila a los 68 años con una pensión de 2.400 euros durante 13 meses, en el primer caso vería reducida su pensión mensual en 64 euros, en el segundo caso sólo por 11 EUR. En ambos casos, cualquier no autosuficiencia daría lugar a una anualidad adicional de 900 euros al mes (sobre 12 meses).

También desde el punto de vista de la relación costo/beneficio, la asignación del bono de productividad a la financiación de coberturas de no autosuficiencia resulta ser una opción ciertamente a considerar, ya que ante pérdidas ciertamente contenidas de los recursos básicos pensión es posible obtener, en caso de no autosuficiencia autosuficiencia, una anualidad 10 veces superior. La mayor criticidad de las soluciones propuestas en Roma es la marginación actual de la "colectivización" del riesgo: en las simulaciones, los costos de la cobertura de LTC, de hecho, se calcularon sobre la base de una hipótesis de suscripción colectiva, por lo tanto obligatoria para todos los miembros. de la audiencia sujeta al seguro; la cobertura individual inevitablemente presentaría cargos mucho más altos. Las nuevas reglas se refieren explícitamente al derecho del trabajador a elegir la forma de desembolso del monto del bono, ya sea en efectivo o asistencial.

Sin embargo, queda por aclarar si la negociación de segundo nivel tiene derecho a establecer excepciones a esta disposición mediante el establecimiento de sistemas de bienestar colectivo. Si es cierto que la solución propuesta "descarga" la carga de la asistencia sobre los hombros del trabajador individual, que se encontraría financiando la cobertura contra el riesgo de no autosuficiencia con su prima de rendimiento, sabemos cómo en Italia este riesgo ya recae hoy principalmente en las familias, ya que no está adecuadamente cubierto por el sistema de bienestar público. De esta forma, el trabajador podría asegurar su propio futuro sin temor a pesar en el futuro a sus seres queridos, obteniendo así una cobertura adicional respecto a los ingresos por pensiones.

“¿Qué se necesita para una evolución de las estrategias de cobertura para el no autoabastecimiento? – agrega Edoardo Zaccardi, del Centro de Estudios de Itinerarios de la Seguridad Social – Pienso en primer lugar en una voluntad política real para enfrentar el tema de frente, en un salto cultural, que lleve a tomar conciencia de la necesidad de una cobertura LTC a la luz de los cambios sociodemográficos radicales que se han producido. Al mismo tiempo, es necesario abordar una dimensión material relacionada con los costos. Como demuestra el estudio presentado durante el taller, estos están destinados a reducirse aún más, facilitando así también el salto cultural. Lo que falta a estas alturas es solo política”.

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