La Roma vuelve a ganar, la Lazio sigue haciéndolo. El interrogante entre los equipos de la Capital deja inalterada la clasificación, que sigue viendo a los Giallorossi en segundo lugar y a los Biancocelesti en tercero, separados por un solo punto. Sin embargo, la sensación de un posible adelantamiento permanece, sobre todo si la parada no cambia los valores actuales. De hecho, el éxito en Cesena no borra las dudas sobre la Roma, viceversa, la victoria de Lazio sobre Verona confirma el momento brillante de los hombres de Pioli.
En cualquier caso, García puede dar un gran suspiro de alivio: los tres puntos le permitirán respirar un poco, además los empates en Napoli y Fiorentina le quitan un poco de ese respiro que le viene dando vueltas por la nuca (pero cuidado con la Sampdoria). Así que el de Manuzzi fue un acierto muy pesado, que llegó gracias a la pata de De Rossi (41'), uno de los hombres más criticados del último período.
Y luego mucha gestión, con la conciencia de que, en estos días, un gol de ventaja debe administrarse, no forzarse, de lo contrario se puede arriesgar mucho incluso contra un Cesena nada inspirado. “Los muchachos han demostrado que están unidos y tienen carácter – explicó García. – Me gustó la actitud, éramos serios y sólidos. No me interesa que me critiquen, solo quiero ganar partidos y terminar la temporada de la mejor manera posible".
En este sentido, ningún problema para la Lazio, que ha alcanzado su sexta victoria consecutiva. El 2-0 sobre Verona demostró una condición física y mental envidiable, quizás la mejor del campeonato. En cambio, con esos 4 de arriba en plena forma es difícil no hacerlo bien, sobre todo si se sacrifican como si fueran gregarios.
“Ese es precisamente nuestro secreto – admitió Pioli. – Los chicos atacan y defienden juntos, todo con mucha calidad. Es un momento importante de la temporada y vamos muy rápido, pero no hay que bajar el ritmo: nuestros rivales no se dan por vencidos hasta el final. Corramos sobre nosotros mismos, sin mirar la clasificación e intentemos aspirar al máximo”.
El deseo de un segundo lugar (y por lo tanto de la primacía ciudadana) es tan fuerte como comprensible. Con Felipe Anderson en este estado (su cabezazo que en el 5' desbloqueó el partido) todo es posible, y menos si sumamos a Candreva (espléndida falta para el 2-0 en el 47'), Klose y Mauri, a un Biglia que cada vez es más dueño del centro del campo. Ahora el tercer puesto es más seguro: Sampdoria con 4 puntos, Napoli con 5. La verdadera obsesión, sin embargo, se llama Roma, para un derbi que se juega todo el año, día tras día.