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¿Realmente vale la pena invertir en bonos de ahorro postal?

DESDE EL BLOG ¡SALVEMOSLO! – Los bonos de ahorro postal se confirman como una de las opciones preferidas por los ahorradores italianos – Sin embargo, en comparación con los bonos del gobierno, ofrecen rendimientos más bajos – Probablemente la presencia generalizada de oficinas de correos en todo el país afecta la vida financiera de muchos ciudadanos

¿Realmente vale la pena invertir en bonos de ahorro postal?

I Bonos Postales que Devengan Intereses (Bfp) se confirman como una de las opciones preferidas por los ahorradores italianos. En 2012, el 5,6% de los hogares tenían inversiones en bonos postales de ahorro, y el valor total de los mismos ascendía a 213 millones de euros. ¿Este gran éxito se explica totalmente por las características del producto o hay algo más?

Los bonos que devengan intereses se asocian con una idea de seguridad, porque los italianos todavía tienen un sentido de confianza en la oficina de correos y porque los bonos gozan de garantías públicas y simplicidad, fueron diseñados para satisfacer las necesidades de los pequeños ahorradores. En particular, la característica más valorada por los ahorradores es que los Bonos con Intereses pueden ser amortizados antes de su vencimiento, recibiendo la totalidad del capital desembolsado y, en algunos casos, los intereses devengados.

¿Siguen siendo verificables los valores que se asocian a estos productos financieros? A lo largo de los años, la oferta de productos postales de ahorro ha corrido la misma suerte que muchos productos financieros, alejándose de las necesidades más básicas de los ahorradores, es decir, disponer de una herramienta económica y eficaz para preservar el patrimonio neto de impuestos e inflación. La oferta de Bfp también cambia según el horizonte temporal de la inversión, la fórmula de tasa fija, creciente o variable, la indexación a la inflación o la tendencia de los índices bursátiles, tanto que la elección por sí sola podría requerir evaluaciones sin descuento para el mayoría de ahorradores o la intervención de un asesor.

Los Bfp son emitidos y garantizados por Cassa Depositi e Prestiti y colocados por Poste Italiane. El origen y la garantía pública, así como el régimen fiscal casi idéntico, sugieren compararlos con bonos del gobierno con vencimientos comparables.

Consideremos, por ejemplo, el más clásico de estos productos: el ordinario. Tienen una duración máxima de veinte años y ofrecen rendimientos crecientes en el tiempo. En el primer año se obtiene un rendimiento bruto igual al 0,25%, en el segundo año igual al 0,5% y crecer hasta el 4,75% a partir del decimoctavo año. Aunque los rendimientos más recientes parecen atractivos, al comparar la tasa efectiva anual con la de un bono del gobierno con vencimientos correspondientes, observamos que este último ofrece un rendimiento más generoso. Permaneciendo invertido durante 5 años, la tasa efectiva anual que ofrece el bono que devenga interés es del 1,05%, frente al 2,1% de un bono del gobierno (doble). Incluso manteniendo el Bfp por varios años, la situación no cambia: a 10 años rinde 1,92% contra 3,55% del bono del gobierno ya 20 años rinde 3,05% contra 4,2% del bono gubernamental.

En pocas palabras, los bonos postales de ahorro ofrecen rendimientos sistemáticamente más bajos que los bonos del gobierno, como si Correos se considerara menos arriesgado. Lo que explica esta diferencia de rentabilidad es únicamente la posibilidad de no estar sujeto a cambios de precio, ya que el capital invertido en Bfp se amortiza íntegramente en cualquier momento.

Otra explicación convincente de la enorme difusión de estos instrumentos es la presencia generalizada de correos en todo el país y el papel central que estos juegan en la vida financiera de muchos ciudadanos, sobre todo para el universo de los pensionistas y en las pequeñas y en las zonas rurales. áreas Casi parece que Correos ha tomado la costumbre de muchos bancos, de aprovechar su centralidad en las elecciones financieras de los clientes, para venderles productos de inversión que sirven a los intereses del vendedor más que al ahorrador.

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