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Dan Tuesday: Alighieri y la economía, de Florencia a la Comedia

Con motivo del día nacional dedicado a Dante, cuyo 2021 aniversario de su muerte se produce en 700, repasamos la relación del poeta con la economía en una lección del profesor Giovanni Cherubini

Dan Tuesday: Alighieri y la economía, de Florencia a la Comedia

¿Cómo era la economía en la época de Dante? ¿Y qué relación tenía Dante con la economía? Para responder a estas preguntas nos basamos en un ensayo de Giovanni Cherubini, uno de los principales estudiosos internacionales de la historia medieval, que falleció a la edad de 85 años el 22 de febrero. La obra (Dante y las actividades económicas de su tiempo) es la reelaboración de una conferencia celebrada en Florencia, en el Palazzo Vecchio, el 21 de mayo de 1989. En ese momento se celebraba el aniversario del nacimiento del poeta, mientras que hoy es el Día Nacional dedicado a Dante Alighieri, del cual en 2021 el 700 años de su muerte. La fecha del 25 de marzo (el "Martes de Dan") es aquella en la que, según los estudiosos, se inicia el viaje al más allá Divina Comedia.

LA ECONOMÍA DE FLORENCIA ENTRE LOS DOS SIGLOS

Comencemos desde Florencia. Entre los siglos XIII y XIV, la ciudad de Dante contaba con unos 100 habitantes y se encontraba entre los cuatro grandes centros europeos junto con Milán, Venecia y París. El escenario económico, lo que hoy llamaríamos coyuntura, estaba en la cúspide de un proceso de desarrollo: “una edad de oro”, escribe Cherubini. La nueva riqueza generada por la banca y el comercio (los mercaderes florentinos eran la mayor potencia financiera del continente) trajo consigo la construcción de edificios públicos, iglesias y palacios privados, el aumento del consumo y la explosión del lujo, sobre todo en la indumentaria.

"La ciudad -continúa el historiador- se nos presenta como uno de los frentes más avanzados de la revolución comercial, del cambio social y de la afirmación de las nuevas clases burguesas". Todo ello acompañado de "profundos cambios en los ideales económicos, como una flamante dignidad del mercado y un incontenible afán de lucro, así como nuevas técnicas empresariales, comenzando por la costumbre de redactar libros de cuentas y diversos libros de administración, cartas comerciales, tratados de Comercio".

DANTE Y LA FLOR DE ORO

Con estas nuevas realidades Dante nunca estuvo en sintonía. Por el contrario, siempre sintió y manifestó un desdén aristocrático por el ascenso de los banqueros-mercaderes y por la búsqueda de la riqueza. La condena del poeta recayó incluso sobre el instrumento material y simbólico de afirmación burguesa: el florín de oro, acuñado por primera vez trece años antes del nacimiento de Dante (en 1252) y que se convirtió en la moneda internacional más importante y apreciada durante los años de su exilio (iniciado en 1302 y continuado hasta su muerte en 1321). "Flor de Maladetto" la llama Dante en el canto IX de Paradiso, estigmatizando las operaciones bancarias con las que los florentinos inculcaron el deseo de riqueza incluso en los pastores cristianos, que se convirtieron en "lobos" y ya no podían guiar a las "ovejas y corderos" que les habían sido confiados.

SIN ENGRANAJE, PRÓDIGO, USUREROS

La deploración del hambre de oro vuelve también en el canto VII delInfierno, donde el codicioso y el pródigo son castigados con la misma pena: las dos filas de los condenados hacen rodar enormes rocas a lo largo de dos semicírculos especulares, en direcciones opuestas, y cuando se encuentran en los dos extremos se preguntan "¿por qué te aferras a la roca?" y "¿Por qué lo estás rodando?", después de lo cual giran y repiten la escena una y otra vez. Para Dante, el motivo de los dos pecados aparentemente opuestos es el mismo: el afán de riquezas, que lleva al avaro a acumular sustancias por el placer de poseer ya los pródigos a prodigarlas sin control.

El otro gran pecado económico es la usura, que Dante entiende de forma diferente a nosotros. En línea con la escolástica, el poeta considera ilícito el mero hecho de pedir interés por un préstamo, cualquiera que sea su cuantía. Desde esta perspectiva, que pasa por Aristóteles y el Génesis, todo crédito oneroso es de condenar porque genera dinero del dinero, despreciando tanto la naturaleza como el trabajo, y por tanto a Dios.

REFUGIO EN EL SUEÑO

¿Cómo defenderse de todo esto? Frente al horror de la avaricia y sus pecados gemelos, frente a la corrupción que domina Florencia, frente a "esta ciudadanía bastardada por la sangre grosera de los campesinos inciudadanos, vulgarizada por los villanos que vigilan con atención el comercio de dinero, que cambian y comercian - concluye Cherubini - Dante se refugia en el sueño de una ciudadanía no contaminada por contribuciones externas, pura incluso en la sangre del artesano más modesto". La Florencia que Dante asocia con la época de su tatarabuelo, Cacciaguida, pero que en realidad vive sólo "en la imaginación poética e ideal". En un sueño, de hecho. El sueño de un hombre medieval.

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