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De profesor de latín a director ejecutivo de banco

Al frente de uno de los cuatro grandes bancos australianos, Westpac, se encuentra una mujer, Gail Kelly, que no empezó su carrera en finanzas en Canary Wharf (en la City de Londres) como operadora de derivados: enseñó el lenguaje de Cicero y de Julio César en una escuela privada, el Falcon College de Rhodesia.

De profesor de latín a director ejecutivo de banco

Si observa los anuncios de trabajo de los grandes bancos o las grandes compañías financieras, encontrará, entre las especificaciones de las credenciales académicas, la solicitud de un título en economía o administración o estadística o, para finanzas cuantitativas, en física o matemáticas. Es difícil exigir títulos en humanidades. Pero al frente de uno de los cuatro grandes bancos australianos, Westpac, hay una mujer, Gail Kelly, que no empezó su carrera en finanzas en Canary Wharf (en la City de Londres) como trader de derivados, ni en Martin Place (Sydney) como analista.

No, enseñó el idioma de Cicerón y Julio César en una escuela privada, el Falcon College de Rhodesia (ahora Zimbabue). Su banco -Westpac- no la habría contratado hoy: entre las titulaciones exigidas no hay humanidades. Y esto a pesar de que el aparente heredero de Kelly, Brian Hartzer, es licenciado en historia europea por Princeton.

Desde este punto de vista, la City de Londres, y también Nueva York, son más abiertas: no es raro ver gerentes en fusiones y adquisiciones que provienen del estudio de la historia o la literatura inglesa, y Corporate America también ha contratado a arqueólogos, filósofos y incluso violonchelistas. Peter Acton, ex miembro del Boston Consulting Group, dijo: "La capacidad de ayudar a un cliente a resolver problemas complejos, a encontrar soluciones creativas y articular su lógica, todas estas cosas se ven favorecidas por los estudios clásicos, más allá de la gestión tradicional". teoría.
 

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