¿Por qué reducir costos significa poco?
Parece una paradoja en estos días afirmar que no es suficiente reducir costos crecer y surfear las olas inestables de los mercados. Por el contrario, la experiencia de las empresas exitosas va precisamente en esa dirección.
Recortar costos, guiados por la mera lógica financiera, sin una evaluación profunda del estado real de la salud empresarial, de las fortalezas a explotar para generar más ganancias y mayor valor para los clientes, es como iniciar una tratar los síntomas aparentes, sin haber comprendido las causas del malestar.
Muchas empresas suelen dedicar más tiempo a centrarse ganancias a corto plazo en lugar de pensar en cómo ganar literalmente mucho más dinero a largo plazo centrándose en reducir el desperdicio y construir el producto o servicio que deleite a sus clientes.
El Premio Nobel de Economía Edmund Edmund Phelps argumenta que las empresas occidentales, empezando por las estadounidenses, están reduciendo peligrosamente su tasa de innovación. No es casualidad que entre las principales causas Phelps incluya la falta de visión estratégica a largo plazo.
Esta falta de visión estratégica por parte de la alta dirección y los empresarios se atribuye a la creciente presión ejercida por los mercados financieros (inversores institucionales y analistas bursátiles) por superar constantemente los objetivos de crecimiento de los beneficios.
El consiguiente cambio de atención hacia la consecución de objetivos a corto plazo determina importantes consecuencias que influyen fuertemente en la gestión de la empresa. Por ejemplo, se realizan reducciones drásticas del gasto en I+D y no se invierte en formación. En otras palabras, se tiende a desatender toda la serie de iniciativas que fructifican en tiempos que van más allá del corto-medio plazo.
La innovación valiosa viene desde abajo y pasa necesariamente por la pasión por el producto y el deseo de realizar las propias ideas: está en el etapa de desarrollo del producto y gestión de la innovación que esconde la verdadera clave del éxito duradero de una empresa y es aquí donde se construyen las condiciones para que los procesos más operativos como producción, logística y ventas, que representan el efecto del desarrollo, sean eficientes.
Mirando cómo se gestiona la innovación, es posible distinguir quién es realmente fuerte de aquellos que juegan duro. Imaginemos dos boxeadores en el ring. Un boxeador conecta sus golpes de manera poderosa y precisa, mientras que el otro está agitado y lanza numerosos golpes desviados: ¿quién tiene más probabilidades de ganar el combate?
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