La maldición del sistema de despojo aún afecta al director general de Confindustria. Aparte de la meritocracia, el primer pensamiento de cada nuevo presidente de Confindustria es siempre colocar a uno de sus leales en la silla de gerente general de la organización. Antonio D'Amato comenzó llamando a Stefano Parisi, Luca di Montezemolo continuó instalando al CEO Maurizio Beretta en la presidencia, Marcegaglia siguió nombrando a Giampaolo Galli, ex economista del Banco de Italia estimado por Carlo Azeglio Ciampi y luego gerente general de Ania.
Desafortunadamente para él, Galli tropezó de inmediato con la inconstancia de Marcegaglia quien, pocos meses después de elegirlo, lo deslegitimó, confinándolo a un papel aparentemente relevante pero en realidad marginal. Squinzi no quiso quedarse atrás y mandó llamar a Marcella Panucci, ex directora de asuntos jurídicos de Confindustria y actualmente jefa de la secretaría del ministro Severino de Justicia. Será la primera mujer en asumir la gerencia general de Confindustria y mañana recibirá la nominación de la junta directiva de la organización empresarial.
La del nuevo presidente de Confindustria será sólo el primer paso de una amplia reestructuración que involucrará a todo el planeta asociativo. Il Sole 24 Ore también se encuentra entre los observados especialmente, después de los malos resultados financieros y el colapso de la acción en la Bolsa de Valores (ha perdido un 90,69% desde su colocación): en la mira están el presidente Giancarlo Cerutti y sobre todo el anuncio Donatella Treu pero el cambio también podría tener implicaciones editoriales.