La ilegalidad sigue siendo uno de los principales problemas de los comerciantes italianos. Sé testigo de la investigación sobre delitos que afectan a empresas de los sectores de comercio, turismo, servicios y transportes que lleva a cabo Confcommercio, con el apoyo de GfK Eurisko en el marco del Día de la Legalidad.
Los números del análisis no son tranquilizadores: en 2016, uno de cada diez empresarios recibió amenazas o intimidaciones con fines de extorsión. La cifra sube un punto porcentual con respecto a 2015. No solo eso: un emprendedor de cada siete declaró conocer otras empresas que han sido objeto de amenazas (+2 puntos porcentuales con respecto a 2015).
Teniendo en cuenta la experiencia indirecta y directa de las partes interesadas, la participación global de empresas involucradas (16%) no ha cambiado en comparación con 2015. En el sur y en las islas, este porcentaje se eleva al 38%. Tanto la experiencia directa como la indirecta se acentúan en el Sur, particularmente en los grandes centros urbanos.
Los fenómenos que más se perciben como en aumento son: actividad ilegal (en aumento para el 51% de las empresas), robo (47%), falsificación (44%). Le siguen los robos (37%).
Por otro lado, el crecimiento de conductas delictivas típicamente vinculadas al crimen organizado como la usura (16%) y la extorsión (14%) fue más contenido.
También es importante la repercusión económica que se deriva de los datos anteriores. En base a lo señalado por el presidente Carlo Sangalli, “el sector del comercio y establecimientos públicos pierde este año 26,5 millones de euros de facturación y tiene que renunciar a 180 puestos de trabajo fijos” precisamente por los fenómenos delictivos que se ven obligados a sufrir.
También cabe señalar que cuatro de cada cinco empresarios han adoptado al menos una medida de seguridad para protegerse de la delincuencia.
