Otro fracaso. De la conferencia internacional sobre el clima COP25, puesta en escena en Madrid En las últimas dos semanas, se esperaban decisiones drásticas e inmediatas para reducir las emisiones de CO2 a nivel mundial. En cambio, la maxi-cumbre resultó en otro agujero en el agua.
“Estoy decepcionado – dijo el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres – La comunidad internacional ha perdido una importante oportunidad de demostrar que quiere luchar contra la crisis climática”.
Al final, la línea según la cual sin acuerdo es mejor que un mal trato. Todos los países (o casi) dijeron que estaban dispuestos a apretar los tiempos, pero nadie ha hecho compromisos concretos. ganaron de nuevo los lobbies Americana, Japonesa, Brasileña, Rusa, India y China. Todos esos países que pretenden han ganado eludir la responsabilidad de reducir los gases de efecto invernadero.
La discusión se ha estancado sobre el futuro de comercio de carbón, altamente perjudicial para el medio ambiente. Los principales acusados son Brasil e Australia, que en nombre de su enorme patrimonio forestal pretenden gestionar de forma autónoma las cantidades destinadas a la lucha contra las emisiones de CO2.
Algunos pasos adelante también en la discusión sobre mmecanismos financieros a cargo de los países más ricos y más contaminantes, a favor de los pobres y amenazados por la crecida del mar o la sequía. Una realidad evidente pero negada por muchos, empezando por los EEUU de Donald Trump, apoyado en este frente por Japón y Arabia Saudí.
El debate sobre cómo salvar el planeta queda así aplazado para la próxima conferencia, la que se celebrará en Glasgow en 2020, la fecha límite para lograr los objetivos fijados en la conferencia de París en 2015.
"La ciencia habló claro en Madrid pero volvió a ser ignorada", comentó la joven activista Greta Thunberg, líder del movimiento Viernes para el futuro. “Pase lo que pase, nunca nos rendiremos. Recién comenzamos".
