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Champions, la Juve cede ante el Bayern y sale con mil remordimientos

Tras dominar la primera parte y adelantarse por dos goles (Pogba y Cuadrado), la Juve perdió la oportunidad de su vida y remontó en la final a un Bayern que le atravesó en la prórroga (4-2) y le eliminó en la prórroga. tiempo - El arbitraje fue pésimo, anulando un gol muy regular de Morata que hubiera dado la clasificación a los bianconeri.

Champions, la Juve cede ante el Bayern y sale con mil remordimientos

No hay negocio, solo mucho, mucho, amargura. Termina la Juventus Champions League en el Allianz Arena pero la eliminación, nunca como esta vez, quema enormemente. De hecho, en el minuto 90 los bianconeri ganaban 2-1 y defendían con uñas y dientes una clasificación tan clamorosa como merecida. Al menos desde el 70' el súper Bayern de Guardiola, principal candidato a la copa junto al Barcelona, ​​se había visto desbordado por la organización táctica del campeón italiano, casi perfecta a pesar de las numerosas ausencias.

Casi, porque no haber marcado el 3-0 (aunque lo hubiera hecho Morata y de eso hablaremos en un momento) resultó ser un pecado mortal. En el último suspiro Muller encontró el 2-2 y, en consecuencia, la prórroga: inyección de confianza total para los alemanes, golpe increíble para los bianconeri. Y así, en la media hora siguiente, se materializó el 4-2 definitivo, que deja a la Juve con mal sabor de boca a una empresa que estuvo tocada, tocada a mano durante casi toda la tarde.

Sin embargo, es imposible no mencionar al colegiado Eriksson, otro gran protagonista (negativo claro) de la velada: el gol de Morata fue muy regular, Kimmich tuvo que ser expulsado por un codazo al propio español, el gol de Coman lo estropeó un Falta sobre Pogba. Errores gravísimos, sobre todo si se suman a los de la ida (los dos goles del Bayern tuvieron que ser anulados y hubo penalti de Vidal), que acabaron pesando mucho en la clasificación.

“De nada sirve hablar del árbitro, a estas alturas lo hecho, hecho está – suspiró Allegri con su habitual autocontrol envidiable. – Lo sentimos porque hicimos un gran partido, sobre todo en la primera parte. Pudimos haber rematado con Cuadrado pero Neuer hizo una parada espectacular, luego tuvimos otras ocasiones a lo largo del partido, incluso arriba 4-2 a falta de 5' en la prórroga. Desgraciadamente salió mal pero salimos con la cabeza en alto: ahora hay que centrarse inmediatamente en el campeonato, el domingo tendremos un derbi igual de importante”.

De hecho, es difícil encontrar fallas en la Juve de ayer. Pensar en jugar más que igualados pese a las fuertes ausencias (Dybala, Marchisio, Chiellini y un Mandzukic a medio servicio) era casi una utopía en la víspera, pese a que Allegri y Buffon habían dicho lo contrario. Pero sus palabras, evidentemente, fueron mucho más que motivadoras: los bianconeri estaban dispuestos a vender caro su pellejo y lo demostraron desde el primer momento.

El técnico toscano optó por un atípico 4-3-3 con Hernanes en la sala de mandos y el tridente Cuadrado-Morata-Alex Sandro en la delantera, una jugada casi obligada pero aún así inteligente. De hecho, la defensa del Bayern, al igual que en Turín, mostró todos sus límites tácticos y presuntuosos, hijos de un fútbol elegante pero muy arriesgado. En el minuto 6 Alaba hizo suficiente esfuerzo y Pogba lo aprovechó para marcar el primer gol.

Un manotazo que, en el minuto 31, casi se convierte en gancho de nocaut: Morata regateó en mitad del Bayern, luego sirvió a Cuadrado de cara a Neuer y el colombiano encontró el 0-2. Sensacional en el Allianz Arena, más aún teniendo en cuenta que el propio Morata, unos minutos antes, sólo había sido detenido por el banderín del juez de línea, que se levantó para anular el gol por fuera de juego inexistente.

Todavía podía llegar el 0-3 en el 44' pero Cuadrado, esta vez, lo tapó una gran intervención de Neuer, decisiva para mantener con vida a su equipo. Porque a estos niveles, ya sabes, un episodio puede ser suficiente para poner todo en duda y esto llegó en el minuto 73: una asistencia de Douglas Costa y un gore ganador de Lewandowski para reabrir los partidos. El último cuarto de hora se convirtió en un asedio bávaro que ni las sustituciones de Allegri (fuera Khedira, Morata y Cuadrado, entraron Sturaro, Mandzukic y Pereyra) fueron capaces de contener.

Aunque no por mucho tiempo, porque Muller encontró el 2-2 solo en plena recuperación, condenando a una dama ahora hecha pedazos a media hora de esfuerzo extra. Ahí salió todo el orgullo blanquinegro, capaz de prolongar las esperanzas otros 18'. Porque en el minuto 108, además tras una ocasión de Lichtsteiner, llegó el gol de Thiago Alcantara y, 2' después, el de Coman, irónicamente exjugador de la Juventus.

Lo que pasó después (la loca oportunidad de Mandzukic-Sturaro) solo alimenta el arrepentimiento: esta Juve, de hecho, podría haber pasado de verdad. Pese a la contundencia del rival, las lesiones y un arbitraje que es todo menos amistoso.

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