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La junta directiva de Rai hierve en cinco frentes

La jugada de Istat sobre las unidades institucionales, el plan editorial, la reducción de salarios, la nueva concesión entre el estado y la Rai y el poste de las torres ponen en fibrilación a la televisión estatal, que tiene que hacer frente a nubes cada vez más amenazantes

La junta directiva de Rai hierve en cinco frentes

Desde lo alto de las torres de las principales cadenas nacionales, Rai y Mediaset, se vislumbran nubes amenazadoras en el horizonte y que remiten más al servicio público de radio y televisión que al Grupo Segrate. La primera novedad se refiere a Viale Mazzini: con un movimiento sin precedentes pero no sorprendente, Istat ha incluido recientemente a Rai en la lista de empresas, las llamadas "unidades institucionales”, que forman parte del sector de la Administración Pública. Esta es una obligación establecida por la Ley 196 de 2009 donde se deben incluir las “unidades institucionales que actúan como productoras de bienes y servicios no destinados a la venta, cuya producción se destina al consumo colectivo e individual y se financian mediante pagos obligatorios…” en una lista especial antes del 20 de octubre, de acuerdo con los detalles de SEC 2010, European Accounting System, en el sector específico S13.

No es poca cosa y saltó la alarma en el séptimo piso de Viale Mazzini. De hecho, esta novedad trastoca muchos argumentos y proyectos en torno a la nueva y distinta naturaleza que debe o puede asumir la empresa de servicio público (ver Ley 220 de 2015). Ser o no una empresa que opera dentro de la AP es, de hecho, algo radicalmente muy diferente a ser una empresa que opera en el mercado. Se vuelve a plantear la misma anomalía de Rai Way que, en el folleto informativo presentado en vísperas de su cotización en Bolsa, destacaba su carácter público a pesar de ser una empresa que también actúa en el ámbito privado.

Una reunión de la junta de particular interés está programada para mañana miércoles y el jueves siguiente en Viale Mazzini. Hay varios problemas en la junta directiva: las primeras preocupaciones el plan editorial, con toda la parafernalia problemática que arrastra (por ejemplo, el contrato con el pensionista Francesco Merlo, las dificultades con los ratings de Política, el informativo en prime time de Rai Tre); el segundo se refiere a la aprobación de las disposiciones relativas a la remuneración de los administradores de la Compañía que, salvo los contratos artísticos, deberían estar contenidos en el umbral de los 240 mil euros, salvo las excepciones anunciadas por el presidente Maggioni en la audiencia de Supervisión de la semana pasada. Entonces será difícil para los directores de Rai ignorar la Problema de estado que, al parecer, han afectado al subsecretario Giacomelli para que intervenga para quitar la inclusión de la empresa de la lista de empresas públicas.

Pero la verdadera gran nube que se vislumbra en el horizonte de Rai se refiere a un tema de enorme importancia estratégica: la renovación de la concesión que regula las relaciones entre la Rai y el Estado, que expiró el 6 de mayo y se aplazó al 6 de octubre. Este plazo habría sido útil para activar la "consulta pública" prevista en la misma ley 220 en el artículo 5, inciso 3, lo que, hasta donde se sabe, no se ha producido. Entre los muchos problemas en este frente, destacamos el de la reducción sustancial de la duración prevista por la nueva Concesión (diez años) que lleva directamente al corazón del escenario de futuro próximo en el que Rai se encontrará operando en aplicación de la próxima Directivas comunitarias relativas a la redistribución de frecuencias y, en consecuencia, de los posibles nuevos modelos de utilización de los servicios audiovisuales prestados por el Servicio Público.

De este debate o de lo que pretende hacer la Compañía en este sentido, no se han recibido señales significativas pero se espera que surjan indicios interesantes en el próximo directorio. Para volver al tema de los llamados “poste de la torreEn los últimos días hemos vuelto a hablar de un tema que ha dado mucho que hablar: la posible fusión entre Ei Towers y Rai Way. Sin perjuicio de la inmovilidad absoluta del segundo en el frente de fusiones y adquisiciones mientras subsistan las restricciones de propiedad previstas por la ley, el primero en cambio, según lo escrito en Repubblica Affari e Finanza, reitera la lógica industrial de la fusión entre los dos empresas y habría iniciado un proceso de recompra encaminado a hacer más sostenible la capitalización y acercarla a los valores de Rai Way que, entre otras cosas, en el último periodo ha visto cerrar la acción en torno a los 3,50 euros tras haber alcanzado , a principios de año, valores en torno a 4,70.

Esta determinación de Ei Towers en el frente de la fusión hacia un solo operador, neta del actual y relativo desinterés de Inwit, parece reunir un amplio consenso entre los analistas y quién sabe si alguien vislumbra algún cambio en la cúpula de la compañía controlada por Viale Mazzini (prevista para la próxima primavera) elementos útiles para cambiar la geografía de las torres de transmisión de nuestro país. Todo es un tema de utilidad, conveniencia, oportunidad donde, probablemente, podría, o debería, ser política para marcar el tiempo.

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