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Cataluña aguanta la respiración: el domingo "votamos" la independencia

"Si la participación de los culés -le dice a Firstonline un empresario de Barcelona- rondará los 2 millones de personas, el Madrid no podrá ignorarlo" - He aquí las implicaciones de una consulta declarada inconstitucional pero que igualmente podría crear algunos quebraderos de cabeza a Primo Ministro Mariano Rajoy.

Cataluña aguanta la respiración: el domingo "votamos" la independencia

Barcelona está conteniendo la respiración. El referéndum de independencia de Cataluña previsto para el domingo, declarado inconstitucional por la Audiencia Nacional, y ahora poco más que una votación, todavía se llevará a cabo. Extraoficialmente, pero con un importante valor político.

“Si la participación de los culés –cuenta a Firstonline un empresario barcelonés– rondará los 2 millones de personas, el Madrid no podrá hacer la vista gorda. Tendrá que tomar nota de ello y entablar conversaciones con la Generalitat que encabeza Artur Mas. También añadiría que si el voto masivo dice sí a la independencia, la UE y también Alemania tendrán que reconocer el peso de las urnas y convocar al presidente del Gobierno Mariano Rajoy”.

En definitiva, la sensación es que esta acción contundente de los culés seguirá teniendo repercusiones y consecuencias. Muchos en España están a favor del diálogo y la distensión. La esperanza, por tanto, es que Madrid no imponga un "puño de hierro" y que no patrulle las calles de Barcelona con la policía para impedir el voto y las manifestaciones. Al fin y al cabo, el enfrentamiento físico no beneficia a nadie y mucho menos a Mariano Rajoy que sólo tiene que perder en este partido.

Los catalanes, en cualquier caso, se han organizado de la mejor manera posible: participan más de 40 voluntarios, además de cientos de puntos de recogida de firmas. El independentismo está convencido de que la participación será alta, dado que el "deseo" independentista es transversal a la sociedad y afecta a todas las categorías sociales. Más ahora, en tiempos de crisis, donde el malestar por la excesiva centralidad de Madrid (a pesar de las concesiones de los últimos años) se ha incrementado significativamente. Como diciendo que el statu quo no puede continuar y es imprescindible un cambio en las relaciones Madrid-Cataluña.

“Los catalanes –añade el interlocutor– esperamos en la negociación, en el diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat. Que lleguemos a un Pacto Constitucional que reconozca la singularidad de Cataluña, su peso en el país y su necesidad de una mayor autonomía; en la gestión de las finanzas que sean más equitativas, en la soberanía de la lengua catalana sobre la castellana, en la cultura…”. Es la sociedad civil la que lo pide y lo exige, pero es difícil decir cómo terminará.

A pesar de los temores de secesión, Madrid no parece estar aflojando los hilos con demasiada facilidad. Al fin y al cabo, Cataluña (cabe recordar que aporta en torno al 25% del PIB nacional) ya ha obtenido importantes concesiones y ofrecer otras nuevas empujaría a otras regiones (piénsese en el País Vasco) a protestar y rebelarse. Más le valdría a Madrid ir paso a paso y sobre todo tomarse su tiempo, sobre todo si el resultado de la "encuesta máxima" fuera en tonos grises.

Después de todo, la situación general en España, si bien desde un punto de vista económico sin duda ha mejorado en comparación con hace un par de años, ciertamente no está más allá del vado. El crecimiento es frágil y el desempleo sigue siendo elevado. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, parece estar bien al mando, pero sigue expuesto a los ataques de la oposición: la izquierda clásica encarnada en un partido socialista en crisis de identidad, pero también los independentistas y ahora también Podemos, herederos del movimiento de los Indignados. Para poner un rayo en la obra de Rajoy hay también un testimonio excepcional: el cantaor Miguel Bosè con su canción “Si se puede”. Por no hablar del apoyo al referéndum catalán que ofreció Pep Guardiola, entrenador ganador del Bayern e icono del fútbol no solo en Barcelona, ​​donde cosechó éxitos triunfales.

Dependerá del grado de participación en las urnas, pero lo cierto es que el referéndum catalán corre el riesgo de detonar toda la situación española con importantes repercusiones en el sistema político y en la futura organización de las distintas regiones del país. Veremos en las próximas horas.

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