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Tarifa Rai, ¿suprimirla o reducirla? Juego abierto pero complicado

La hipótesis planteada inicialmente por el Pd de abolir el canon de la Rai pero reformulada por Renzi en el sentido de una reducción más probable anima la campaña electoral pero es muy compleja a nivel práctico: por eso

Tarifa Rai, ¿suprimirla o reducirla? Juego abierto pero complicado

Sin querer empezar con Adán y Eva, veamos si y cómo es factible la propuesta hecha por Pd para abolir la tarifa Rai pero ayer remodelada por Matteo Renzi (¿abolir o reducir? Ya veremos) en "Otto e mezzo". Sin duda, es un antiguo "impuesto alto" que ciertamente no es apreciado por la mayoría de los italianos. Su formulación se remonta a 1938, cuando se estableció un principio fundamental que sigue vigente en la actualidad y que citamos directamente de la página web de la Agencia Tributaria: "La cuota de TV la paga toda persona que tenga un aparato de televisión, se paga una sola vez al año y una sola vez por familia con la condición de que los miembros de la familia residan en la misma casa."

Por tanto, la voluntad del legislador de entonces y de hoy se centra en elementos conjuntos simples y claros: el que tiene un televisor paga. Esta formulación fue, de hecho, retomada a más tardar hace un par de años cuando el propio gobierno de Renzi propuso e incluyó en la ley el pago del canon a través de la factura de la luz, reduciendo así la evasión anormal.

La Ley de Estabilidad de 2016 introduce, por tanto, un paso trascendental en la historia del canon de licencia y permite la recuperación de cientos de millones perdidos anteriormente. Cabe señalar que el importe de la tasa, neta de impuestos y retenciones al 4%, se recauda íntegramente de las arcas del Estado (y el ministro Carlo Calenda, con razón, no solo la definió como una "idea equivocada, sino que también la reclamó desde su dicasterio la propiedad del asunto) que, a su vez, transfiere la parte más importante a las cajas de Viale Mazzini y una parte se transfiere a la emisora ​​local.

Es fácil comprender cómo esta cantidad, unos 1600 millones frente a unos 700 en publicidad (pág. 114 Rai estados financieros 2016) es fundamental para la vida de la Compañía y no puede ser sustituida fácilmente por otra fuente de financiación pública salvo que se tenga que aportar con otros instrumentos de fiscalidad general o, incluso, imaginar otras formas de financiación general de la Rai que nadie, hasta ahora, ha tenido nunca el valor de proponer.

Otros elementos fundamentales para comprender la dificultad objetiva de abordar un tema tan complejo se encuentran en los dos pilares legislativos que ordenan el perímetro operativo de la empresa del servicio público de radio y televisión y sus fuentes de sustento. El primero es la muy discutida y conocida Ley Gasparri, 112 de 2004, donde se introdujo el conocido SIC (Sistema Integrado de Comunicaciones) que, para citar con exactitud, lo tomamos del segundo pilar legislativo, el TUSMAR (Consolidado Texto de Servicios de Medios Audiovisuales y Radio) donde se lee: "El sector económico que comprende las siguientes actividades: prensa diaria y periódica; anuarios y publicaciones electrónicas, también a través de Internet; radio y televisión; cine; publicidad exterior; iniciativas de comunicación de productos y servicios; patrocinios".

Las disposiciones combinadas de los dos textos legales, y las actualizaciones posteriores, ya por sí mismas muestran cómo el elemento canónico es solo, por así decirlo, una pequeña parte de lo que se regula en todo el sector de la comunicación, no solo el audiovisual. Abordar tanta complejidad es ciertamente posible y, en cierto modo, quizás incluso apropiado y necesario, pero ciertamente requiere tiempos y condiciones políticas que aún son completamente difíciles de prever.

Finalizada la claridad legislativa que hace complicada la propuesta de supresión del canon a corto plazo, podemos intentar retomar los argumentos que se vienen planteando desde hace algún tiempo sobre el futuro de Viale Mazzini. La primera de todas, eternamente irresuelta, es la naturaleza, la función, la lógica del servicio público de radiodifusión. No son pocos los que se preguntan por la situación actual, la necesidad y urgencia de proteger un servicio que en muchos aspectos sigue siendo universal y generalista (básicamente para informar, educar y entretener) en otros utilizable por los ciudadanos en otros nodos y con otros medio, diferente a la televisión.

La verdadera cuestión es siempre la misma: definir hoy para mañana lo que debe ser el Servicio Público de Radio y Televisión y cómo debe financiarse, a través de las arcas del Estado o de cualquier otra forma. En la mayoría de los países europeos conviven bien formas articuladas de convivencia entre recursos de canon y publicidad, sólo Gran Bretaña resiste con el modelo de tributación única, pero cuentan con la BBC. Todo muy sencillo.

Volviendo a la actualidad, han pasado algunos días desde la aprobación de la reciente Ley de Finanzas y vale la pena mencionar dos aspectos importantes para el futuro de Viale Mazzini. La primera se refiere al antiguo art. 89 (lo escribimos en un artículo anterior) y el segundo se refiere, precisamente, a la tarifa. Respecto al primer punto, aún no se ha escrito lo suficiente sobre cuánto puede influir en la aplicación puntual de las disposiciones comunitarias sobre la reasignación de frecuencias en torno a los 700 Mhz, para una partida redonda que, para las arcas del Estado, vale al menos 2,5 millones. euros mientras que para Rai podría tener un impacto significativo en su modelo de negocio.

El segundo aspecto se refiere a una especie de "noticias falsas" sobre el precio de la licencia. En un primer momento, al proponer las modificaciones, se sugirió una maniobra de gran interés para Viale Mazzini: determinar el valor de la renta para los próximos cinco años. Un punto de inflexión de época para las arcas asfixiadas de Rai. La enmienda se desvaneció mientras que otra ciertamente ventajosa ha pasado: la exclusión de la canasta ISTAT.

El juego es completamente abierto, independientemente de la campaña electoral y de quién será el ganador el 4 de marzo.

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