El eslogan Brexit continúa. Otro día de campo ha comenzado para el Reino Unido. En la tarde del 10 de abril, el Consejo Europeo tendrá que decidir si conceder a Theresa May otro aplazamiento de su fecha de salida o acompañarla hasta la puerta, no demasiado amablemente, haciendo realidad el espectro de No Deal.
Si entre los 27 líderes de los Estados miembros de la Unión Europea estuvieran la "tripa" o la línea dura del presidente francés, Emmanuel Macron, la segunda opción sería la más probable. Pero teniendo en cuenta que un divorcio sin acuerdo dañaría gravemente no solo a Londres, sino también a todos los demás países de la UE, ahora parece seguro que el Consejo decidirá volver a ser "clemente" y concederá un aplazamiento del Brexit.
Sin embargo, como sucedió en el pasado, habrá apuestas y el juego real será sobre la duración. La premier británica -con el visto bueno de la Cámara de los Comunes de la que ahora es rehén- ha pedido prorrogar el artículo 50 hasta el 30 de junio. Los líderes europeos responderán con creces, proponiendo un aplazamiento largo pero flexible.
Según los rumores, la propuesta de la Unión funcionará más o menos así: salida a finales de 2019 o en los primeros meses de 2020. Sin embargo, si Reino Unido consigue encontrar un acuerdo antes, podrá salir de la Unión. el primer día del mes siguiente al ok de Bruselas, que aún tiene la última palabra. Este es el resumen de lo previsto en el proyecto de conclusiones de la cumbre extraordinaria sobre el Brexit, publicado por Ansa. “El Consejo Europeo – dice el documento – acuerda una prórroga para permitir la ratificación del acuerdo”. “Si el convenio se ratifica antes de la fecha”, la separación “se producirá el primer día del mes siguiente”, continúa el texto. Por el momento el texto no contiene ninguna fecha precisa que será establecida por el consejo de la UE por la tarde.
Entonces, ¿qué hacemos con las elecciones europeas de finales de mayo? El Reino Unido participará en la votación, comprometiéndose, sin embargo, a no "hablar" de decisiones a largo plazo relativas a la Unión Europea, a menos que Londres decida en el último momento hacer saltar por los aires el Brexit. En este caso ya tendrá a sus parlamentarios en Estrasburgo y podrá participar en las opciones políticas de la Unión.
En el entretanto, en el frente interno, May deberá continuar las negociaciones -hasta ahora poco fructíferas- con el Partido Laborista para intentar encontrar el ansiado acuerdo sobre el Brexit, o volver a intentar reagrupar a los conservadores para empezar de nuevo. Empresas que, hasta la fecha, parecen titánicas.
