"Seis meses para salvar la Unión Europea": esta es la creencia común del primer ministro Matteo Renzi y el presidente francés Francois Hollande tras la reunión de ayer en el Elíseo que terminó con un pacto entre Italia y Francia de cara a la trascendental cumbre del lunes con la canciller alemana Angela Merkel.
Renzi propuso a Hollande separar las inversiones del Pacto de Estabilidad, encontrando al presidente francés consentido y decidido a superar definitivamente la política de austeridad. En segundo lugar, está el problema de proteger a los bancos de los que dependen mediante compras selectivas de bonos bancarios del BCE de Mario Draghi.
Pero, en tercer lugar, está sobre todo el problema de los inmigrantes, que también ha afectado mucho al Brexit, con la posibilidad de integrar la propuesta italiana del Migrant Compact con una suerte de Schengen 2 sugerida por Hollande.
Los pasos adelante parecen posibles, también esperados en términos de defensa europea. Italia y Francia parecen coincidir en la oportunidad de avanzar juntos y convencer a Merkel de un nuevo pacto europeo de los tres grandes países fundadores para salvar Europa.
Mientras tanto, continúa en Gran Bretaña la revuelta pacífica de los europeístas que ya han recogido 2,5 millones de firmas bajo una petición de un nuevo referéndum sobre el Brexit, que se someterá a la consideración del Parlamento.