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Brexit: a nadie le gusta el plan B, estos son los próximos pasos

Como era de esperar, el plan B presentado por Theresa May en el Parlamento no convence ni a la mayoría ni a la oposición - Premier en juego: rodeado en Londres y buscando desesperadamente algunas concesiones de la UE - Aquí están las siguientes etapas fundamentales del Brexit

Brexit: a nadie le gusta el plan B, estos son los próximos pasos

Theresa May juega la carta de la "catástrofe" en el Brexit la única flecha que le queda a su arco para intentar desesperadamente encontrar una solución al caos actual. Como era de esperar, el llamado El plan B presentado al Parlamento el 21 de enero no convenció a nadie: ni la mayoría ni la oposición. La razón es obvia: este nuevo proyecto es una copia certificada del acuerdo rechazado la semana pasada en Westminster, aderezado sin embargo con algunas concesiones en el backstop (el teórico mecanismo de garantía impuesto por la UE para asegurar la frontera abierta entre Irlanda del Norte e Irlanda) y por promesas relativas a nuevas "negociaciones" con Bruselas a las que, sin embargo, ya ha recibido una respuesta negativa de la UE.

Por tanto, es imposible que el plan B sea recibido de otra manera, a pesar de las conversaciones (inútiles a estas alturas) llevadas a cabo en los últimos días con los partidos en el Parlamento.

May apela, por tanto, a lo que ahora parece haberse convertido en un mantra: el Brexit comenzará el 29 de marzo y la hipótesis de un aplazamiento no es practicable. Tampoco se vuelve a proponer el de un segundo referéndum por parte del laborista Jeremy Corbyn. Si la Cámara de los Comunes no aprueba su acuerdo, el coco "No deal" se hará realidad, con consecuencias catastróficas para la economía británica. Un verdadero aut-aut que se vuelve cada vez más amenazante a medida que se acerca la fecha de lanzamiento oficial. Y es precisamente en esta "amenaza" en la que se apoya May para hacer ceder a sus parlamentarios. “Vota por el mal menor” parece ser la propuesta de la Premier.

Paralelamente, el inquilino de Downing Street intentará arrebatarle algunas concesiones más a la UE. Consciente de las dificultades de su misión, en los próximos días volará de regreso a Bruselas intentando pedir algunos cambios en el backstop. Por su parte, la UE ya no sabe cómo reiterar que no habrá paso atrás en el acuerdo firmado en noviembre. O esto, o nada, también porque para reabrir las negociaciones se necesitaría la unanimidad de los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la Unión. El jefe negociador de la UE, Michel Barnier, se limitó a conceder algunas modificaciones a la declaración política anexa al acuerdo, pero ésta sigue intocable. Traducido en palabras simples: podemos cambiar la forma en que lo describimos, pero no lo que implica.

Volviendo al Reino Unido, la nueva fecha a marcar en rojo en el calendario será el 29 de enero el día en que el acuerdo volverá nuevamente al parlamento para ser modificado por los diputados. El problema, en esta coyuntura, es que dadas las diferencias entre los partidos, será difícil que Westminster pueda aprobar un texto homogéneo que pueda poner de acuerdo, al menos, a las diferentes almas presentes en los partidos que apoyan al Gobierno. El ok de la oposición es en realidad pura utopía. el líder laborista, Jeremy Corbyn, de hecho, ha confirmado su indisponibilidad para reunirse con la Premier hasta que ella "descarte claramente el No Deal", pero también aumentó la dosis con una enmienda destinada a obligar al gobierno a dar tiempo al parlamento para considerar y votar sobre posibles opciones para evitar una salida sin acuerdo. Entre las opciones propuestas destacan la permanencia del Reino Unido en el mercado único y la unión aduanera y “una votación pública sobre un acuerdo” que de facto resultaría en un segundo referéndum. Opciones que para los conservadores equivalen al "mal absoluto".

 

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