La telenovela, que tomaba los contornos de la guerra civil, finalmente se resolvió: tras una jornada de resistencia, durante la cual se atrincheró en la sede del sindicato metalúrgico de Sao Paulo, "protegido" por cientos de militantes mientras sus abogados intentaron el último intento para evitar la prisión, el ex presidente de Brasil Lula, también candidato en las próximas elecciones, decidió entregarse: “No me escondo, no les tengo miedo. Respetaré su orden de arresto”dijo el hombre de 72 años involucrado en el escándalo judicial Lava Jata, por el que fue condenado a 12 años de prisión por corrupción.
Lula habló después de asistir a una misa en São Paulo en memoria de su esposa, quien falleció hace exactamente un año. Durante la conmemoración, el exdirigente del movimiento sindical, que había iniciado su brillante carrera política desde la misma sede en la que se ha atrincherado en los últimos días, es llevado triunfalmente por la multitud, dispuesta a todo para defenderlo y evitar prisión. Cárcel que automáticamente significa adiós a los sueños de la reelección de octubre: una eventualidad que en cambio, según las encuestas, hubiera sido más que posible, aunque en realidad Lula ha estado fuera de la escena política desde 2010 y ha estado involucrado en procesos judiciales durante muchos años que luego abrumaron también a su delfín Dilma Rousseff. Sin embargo, Lula calmó los ánimos, aceptando finalmente el veredicto, sin por ello dejar de reafirmar su inocencia. El expresidente verde-oro ha vuelto a criticar a la policía federal y al fiscal alegando que "mintieron, no les perdono que hayan pasado a la sociedad la idea de que soy un ladrón".
El juez Sergio Moro – quien dictó la orden de aprehensión en su contra – le había concedido horas 17 a entregarse a las autoridades, lo que le permitiría asistir a misa. Mientras tanto, el magistrado del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Edson Fachín, rechazó la nueva solicitud de bloqueo de la prisión del expresidente. La solicitud fue presentada el viernes por los abogados de Lula. Así lo informó el diario Folha de San Paulo.
