este año Davos se siente más italiano. Lo es, en muchos aspectos. La noche de apertura estuvo dedicada a Italia y este año los italianos respondieron de manera más prominente al Foro Económico Mundial.
Además del primer ministro Renzi y el ministro Padoan, veo más empresarios, instituciones, representantes de la economía y las finanzas italianas. El discurso inaugural del primer ministro difundió cierto nuevo entusiasmo por Italia en una audiencia atestada y curiosa. El primer ministro habló como un líder que no estaba en absoluto intimidado o a la defensiva, "vendiendo" Italia a inversores que parecen dispuestos a encontrar buenas ideas para hacer que el dinero a bajo interés que tienen disponible dé frutos. Renzi no habló de las divisiones de nuestro país sino de las visiones que el gobierno tiene para él y que el país puede desarrollar. Italia destino de museos y turismo pero sobre todo Italia de innovación, que vuelve a ser líder en una Europa de alta política y no de burocracia. Incluso si queremos pensar que es marketing, es bueno pensar que es el lenguaje adecuado para los mercados internacionalesporque eso es lo que quieren oír. El primer día, representantes gubernamentales participaron en tres paneles, una señal de la gran atención que Italia está atrayendo una vez más aquí en Davos.
No faltaron los mea culpas especialmente por algunas reformas aún en firme de las que el gobierno es consciente. En relación a la economía, el primer ministro subrayó cómo la suba del dólar y la caída del precio del petróleo son dos elementos que favorecen a las empresas italianas que exportan. Viento soplando las velas.
La estabilización de los sistemas financieros fue el tema principal abordado por el Ministro Padoan, quien más que como ministro habló como economista: los sistemas financieros dañados primero deben ser reparados y luego reconstruidos, construidos de nuevo.
Sin embargo, hay mucha anticipación en las próximas horas aquí en Davos. la reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo y por las palabras de Mario Draghi en la siguiente rueda de prensa: hoy estaremos todos pegados a las pantallas a la espera de las decisiones sobre la flexibilización cuantitativa. Ayer nos sorprendieron los insólitos avances sobre el tamaño de las intervenciones, aunque no está claro si serán 600 o 1.100 millones de euros o 50 mil millones al mes.
Central sabrá si será un flexibilización cuantitativa con fuerte mutualización del riesgo crediticio. Esta sería una noticia positiva para el euro y para la construcción de Europa, y podría conducir a una mayor reducción en el diferencial Btp/Bund. Si esto no ocurre, es decir, si se produce una mutualización parcial o inferior a la esperada por el mercado, el impacto podría generar desconfianza en los inversores, con un diferencial que podría ampliarse. Alemania se resiste hacia la primera solución, teme compartir el riesgo de comprar bonos del gobierno con otros países que ya han completado, en su opinión, las reformas estructurales y esperan las reformas de otros. La decisión del BCE se votará por mayoría, pero no olvidemos que Draghi no puede dejar de tener en cuenta, aunque sea mínimamente, la influencia de su primer accionista.
