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Bolonia, 2 grandes exposiciones: Banksy y Edward Hopper

Arte en Bolonia Street Art – Banksy & Co. Arte en un estado urbano – a partir del 18 de marzo de 2016 – Palazzo Pepoli – Museo de Historia de Bolonia y Edward Hopper a partir del 25 de marzo – Palazzo Fava – Palazzo delle Esposizioni

Bolonia, 2 grandes exposiciones: Banksy y Edward Hopper

A fines de la década de 900, aparecieron nuevas prácticas de arte urbano en varias ciudades del mundo occidental, con la intención de redefinir la noción de arte en el espacio público. Bajo la etiqueta street art, hoy reunimos diferentes formas de arte público independiente que, retomando los códigos de la cultura pop y el graffiti, utilizan el diálogo entre la calle y la web para dar vida a formas decididamente innovadoras.
Después de diez décadas, el fenómeno sociocultural del graffiti urbano ha cobrado una relevancia única en el panorama de la creatividad contemporánea: las obras de artistas como Banksy han invadido las principales ciudades del mundo, y desde los años XNUMX hasta hoy la propia Bolonia se ha establecido como punto de referencia para muchos artistas –desde Cuoghi Corsello a Blu, pasando por Dado y Rusty– que han elegido la ciudad de Felsina para dejar su huella en las paredes.
Del 18 de marzo al 26 de junio de 2016 esta forma de arte se cuenta en su evolución, totalidad y espectacularidad en las salas de Palazzo Pepoli – Museo de Historia de Bolonia con una gran exposición titulada Street Art – Banksy & Co.
El evento también traerá a Italia por primera vez la colección del pintor estadounidense Martin Wong donada en 1994 al Museo de la Ciudad de Nueva York, presentada en la exposición City as Canvas: Graffiti Art from the Martin Wong Collection, comisariada por Sean Corcoran curador de grabados y fotografías del Museo.
Como se muestra dentro de la exposición, la sección pretende identificar el Nueva York de los años 1980, en el que se podrán admirar las obras de los más grandes grafiteros y artistas callejeros estadounidenses como Dondi White, Keith Haring o Lady Pink.
El proyecto surge de la voluntad del profesor Fabio Roversi-Monaco, presidente de Genus Bononiae, y un grupo de expertos en el campo del arte callejero y la restauración con el objetivo de iniciar una reflexión sobre los principios y métodos de salvaguarda y conservación de estas formas de arte. . El proyecto de "desgarro" y restauración, un experimento realizado por el laboratorio de restauración Camillo Tarozzi, Marco Pasqualicchio y Nicola Giordani en unos muros boloñeses de Blu -uno de los diez mejores artistas callejeros del mundo según un ranking de The Guardian de 2011-, como el gran mural de la ex Officine di Casaralta (Sin título, 2006) y el mural de la fachada de la ex Officine Cevolani (Sin título, 2003) destinados de otro modo a la demolición, parecían una ocasión propicia para una exposición que pretende contribuir a el debate internacional actual: desde hace años, en efecto, la comunidad científica centra su atención en el problema de salvaguardar estos testimonios de arte contemporáneo y su eventual y posible "museización" en detrimento del lugar original pero a favor de su conservación y transmisión a la posteridad. La exposición Street Art – Banksy & Co. cuenta por primera vez las influencias en las artes visuales que ha tenido y sigue teniendo el street art, pasando por esa estética que nació en Nueva York en los años 70 gracias a la pasión por el lettering y la escritura de nombres de jóvenes de los suburbios de la ciudad. Exhibe las obras de autores relacionados con la escritura de grafitis y el street art, para crear similitudes entre las diferentes producciones a lo largo del recorrido y explicar la forma en que han sido recibidas por la sociedad.
El patrimonio artístico es el protagonista de la inédita exposición acogida en el Palazzo Pepoli, que con su patio cubierto reproduce lo que podría ser una parte de la ciudad, un lugar ideal para contar una etapa importante de la historia de Bolonia.
El propósito y la intención utópicos son proteger y conservar este arte y hacer que las políticas culturales actuales reconozcan la necesidad de una redefinición de las herramientas de intervención en el espacio urbano porque los grafitis -hoy más que ayer- influyen en el mundo de la gráfica, el gusto de las personas, el todo el arte de este siglo.

Hay quien lo considera un narrador y quien, por el contrario, el único que ha sido capaz de congelar el instante -cristalizado en el tiempo- de un panorama, como de una persona. era lo mismo Edward Hopper (1882-1967) –el artista estadounidense más popular y conocido del siglo XX–, un hombre tímido y taciturno, amante de los horizontes marinos y de la luz clara de su gran estudio, para aclarar su poética: “Si pudiera decir en palabras, no lo haría no habría ninguna razón para pintar”. Este segundo exposición que se inaugura del 25 de marzo al 24 de julio de 2016 en el Palazzo Fava – Palazzo delle Esposizioni en Bolonia, desde acuarelas parisinas hasta paisajes y vistas de ciudades de los años 50 y 60, pasando por más de 60 obras entre las que se encuentran las famosas obras maestras South Carolina Morning (1955), Second Story Sunlight (1960), New York Interior (1921), Le Bistro o The Wine Shop (1909), Summer Interior (1909), interesantísimos estudios (como el estudio para Girlie Show de 1941) que celebran la mano de Hopper, soberbio dibujante: un camino que atraviesa su producción y todas las técnicas de un artista considerado hoy un gran clásico de la pintura del siglo XX.
Un préstamo excepcional es el gran cuadro titulado Soir Bleu (de unos dos metros de largo), símbolo de la soledad y la alienación humanas, obra realizada por Hopper en 1914 en París.

La exposición está comisariada por Barbara Haskell, curadora de pinturas y esculturas del Museo Whitney de Arte Americano, en colaboración con Luca Beatrice. El Museo Whitney ha acogido diversas exposiciones del artista, desde la primera en 1920 en el Whitney Studio Club hasta las memorables de 1960, 1964 y 1980. Además, desde 1968, gracias al legado de su viuda Josephine, el Museo alberga todo el legado del artista: más de 3.000 obras entre pinturas, dibujos y grabados.

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