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Bob Dylan y Vivendi: la caja fuerte de segunda mano que se embolsa como

Qué hay detrás del trato entre Dylan y el financiero bretón - En temporada de streaming y remakes entre cine y TV, el valor de los inventarios está destinado a crecer tanto por el efecto nostalgia como por la expansión del mercado.

Bob Dylan y Vivendi: la caja fuerte de segunda mano que se embolsa como

Canta lo que te pasa. Una vez más Vincent Bollore, el financiero bretón que lleva años coleccionando decepciones en sus campañas italianas entre Tim y Mediaset, confía en la joya del grupo Vivendi: Universal Music, una de las tres hermanas que controlan el mercado musical a punto de entrar en Wall Street el próximo año. Mientras tanto, el sello discográfico ha dado un gran golpe al asegurarse de que control de la obra de Bob Dylan: 300 millones de dólares por las canciones y grabaciones del juglar de Greenwich Village. Seiscientos títulos en total.o 500 mil dolares la pieza para la exclusividad de Soplando en el viento o Pandereta hombre para el cantante que, recuerda el New York Times, a principios de la década de 100 se conformó con $XNUMX en su primer contrato.

Y sin embargo, a juzgar por los precios que manejan, puede que una vez más haya sido Bolloré quien hizo el trato, gracias a la genialidad de Lucien Grainge, una de las leyendas del mundo de la música, en abierta competencia con Merck Mercuriadis, ex mánager de Beyoncé, Elton John, Guns and Roses y otros nombres del panorama musical que, a partir de la explotación de los catálogos de Vip, supo dar vida a Hipgnosis, empresa que figura entre los primeros 250 freshmen del índice FTSE de la Bolsa de Valores de Londres, capaz de escalar hasta la posición número 35 en el ranking City, con un incremento de 24 por ciento desde su debut hace menos de dos años.

¿El secreto? Mercuriadis intuyó que, en la temporada de transmisión y remakes entre cine y tv, el valor de los fondos de almacén una vez condenados a terminar en el ático está destinado a crecer tanto por el efecto nostalgia como porque el mercado se ha expandido dramáticamente. “El verdadero trabajo del editor – explicó – ahora consiste en saber colocar una pieza musical en un anuncio o en una serie hecha en Hollywood. Sin dejar de lado el efecto que puede tener un video viral en la era de las redes sociales”. Fueron las redes virales las que lanzaron "Dreams", una vieja canción de Fleetwood Mac, lanzada hace 43 años, a lo más alto de las listas estadounidenses.

Y entonces Mercuriadis ha estado atesorando música desde la década de XNUMX inversión 1,2 mil millones de libras en lo que hasta hace unos años se consideraban fondos de almacén. Por esta cantidad, el exdirectivo se aseguró 33 mil canciones, comprada en parte por Kobalt, un fondo de inversión que controla el catálogo de varios artistas (Justin Bieber y Mariah Carey, entre otros). Una pequeña revolución de gustos posibilitada por el streaming, que permite "coser" productos pasados ​​como si fueran nuevos con el resultado de compensar al menos parcialmente los perjuicios causados ​​por la paralización de los directos.

De ahí los apetitos del negocio: en los últimos días ha entrado en el campo un nuevo competidor, Música de la colina redonda, fundada por un ex banquero de Bear Stearns, que debutó en la Bolsa de Valores de Londres con una oferta de 128 mil piezas, resultado de un catálogo valorado en 300 millones de dólares. ¿Piratería? Ya no asusta, tras el lanzamiento de Spotify y Apple Music. Todo conspira, en fin, para el relanzamiento de la música a partir de la segunda mano segura (solo piense en los éxitos perennes de Pooh en Italia) en gran parte amortizado con el tiempo. “La gran noticia – explica un analista británico entrevistado por Los rumores – es el interés de los mercados financieros, atraídos por la alta rentabilidad y la posibilidad de activar economías de escala. Mejor que centrarse en la promoción de nuevos artistas, que es más caro y con un retorno incierto”.

¿Cuántos compositores pueden escuchar a Dylan a través de Spotify en todo el mundo? Así se explica la atención de las Bolsas: en el año de la gran crisis de los cines y parques infantiles la música se venga así después de ser aplastada durante años por la piratería. Y las Bolsas toman nota de ello. Además de Universal en el nuevo año vendrá la oferta pública inicial de Warner Music (13 mil millones de dólares) junto con una lluvia de iniciativas y nuevos puestos de trabajo. “Hay una enorme demanda de nuevos servicios”, concluye Mercuriadis. Gran parte de su negocio consiste en rastrear artistas, a menudo ancianos, para convertirlos en secretos de YouTube. Pero el trabajo de uno no termina ahí. administrador de canciones. “A mis colaboradores – concluye – les ofrezco un paquete de 20 piezas. Tienen la tarea de extraer nuevo valor”. Y con solo una pepita hiciste Bingo.

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